Destacados

EEUU deja en manos de venezolanos aceptación de nuevo Consejo Electoral

Julie Chung, funcionaria del Departamento de Estado, dijo que su gobierno insiste en que haya condiciones para unas elecciones libres en Venezuela.

Publicidad
Elecciones adelantadas estrategia chavista

El gobierno de Estados Unidos asumió este jueves una posición ambigua respecto al nuevo Consejo Nacional Electoral, el  CNE, salido de un acuerdo entre el régimen de Nicolás Maduro y una parte de la oposición.

Aunque insistió en pedir condiciones democráticas para unas elecciones justas, dio a entender que serán los propios actores venezolanos los que  decidan si aceptan o no la imposición del chavismo.

Chung es la adjunta de la oficina del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental. Hasta ahora es la funcionaria de mayor rango que se ha pronunciado tras el nombramiento del nuevo Consejo Electoral.

Estados Unidos ha sido el principal respaldo para Juan Guaidó, el líder opositor nominalmente reconocido como presidente interino de Venezuela por Washington y otras 50 democracias de corte occidental.

El nuevo Consejo Electoral es presidido por un connotado ex  ministro de Maduro. En la directiva quedaron tres chavistas y dos opositores, que ya son calificados como traidores por una parte de la disidencia. 

Cambio de seña en el terreno

Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (Congreso) electo en 2015 con mayoría absoluta de la oposición, se proclamó presidente interino de Venezuela en enero de 2019. Apelando a la Constitución, alegó que hay una usurpación en el Ejecutivo, pues la elección de 2018 en la que Maduro se eligió por otros seis años fue llevada a cabo fuera del marco constitucional.

Esos comicios, rechazados por la comunidad democrática internacional, fueron convocados por una ilegítima Asamblea Constituyente creada en 2017 para terminar de aniquilar las funciones del parlamento opositor.

Esa salida clave de la constituyente se dio en medio protestas callejeras que pusieron en jaque a Maduro y dejaron en la calle a unos 150 asesinados por agentes del Estado. En su mayoría eran jóvenes estudiantes opositores, abatidos con disparos a la cabeza y al torso.

La Corte Penal Internacional sigue averiguaciones al chavismo por varios de estos asesinatos y otras graves violaciones de los derechos humanos, incluyendo crímenes de lesa humanidad.

Pero Guaidó nunca ha tenido poder real en Venezuela, pues el control territorial de las instituciones y de las Fuerza Armada lo ejerce con mano de hierro el régimen chavista que encabeza Nicolás Maduro.

Te veo venir, soledad

El dirigente opositor mantiene su mantra del todo o nada: la salida absoluta de Maduro del poder y la convocatoria de unas elecciones libres, competitivas, con supervisión internacional e igualdad de condiciones para partidos políticos que hoy están proscritos. También pide la liberación del millar de presos políticos civiles y militares mantenidos en las cárceles del régimen.

En las últimas horas Guaidó ratificó su rechazo absoluto a la «estafa de ese presunto nuevo CNE». 

«La Asamblea de la dictadura, rechazada y desconocida por más de 60 países no puede imponerle a todo un país el árbitro», dijo Guaidó.

Pero su estrategia parece cuesta arriba.

El primer nuevo éxito del régimen chavista con este nuevo CNE es terminar de dividir a una oposición fragmentada, dividida en ideas y estrategias hasta ahora irreconciliables, con lideres que siguen su propia agenda personal y comandan partidos saqueados por el gobierno.

Hasta la comunidad internacional está dividida en torno a qué hacer ante esta nueva jugada del chavismo. España y la Unión Europea, que han mantenido tibias presiones sobre Maduro, celebraron como «un primer paso» la designación, para resolver la aguda crisis política de Venezuela.

Con partidos debilitados

En unas jugadas ejecutadas a través del tribunal Supremo de Justicia, el chavismo expropió las siglas de los partidos  políticos opositores de mayor arraigo para dárselos a sus aliados. Además, mantiene proscritos de la vida política legal a sus principales líderes, que no pueden optar a cargos públicos. Las bandas civiles armadas el chavismo (llamadas por aquí colectivos) junto con los militares, también reprimen a sangre y fuego las manifestaciones y concentraciones opositoras.

Este es el contexto donde se llevarán a cabo las elecciones de gobernadores y alcaldes en diciembre de este año. Ya algunos dirigentes regionales de la oposición se han lanzado a participar, mientras líderes nacionales como Guaidó y su mentor Leopoldo López denuncian otro fraude anticipado.

Otros analistas recuerdan que las veces que el régimen ha perdido el voto popular en gobiernos de estados y alcaldías, ha ignorado los resultados. De tal modo, impone  «protectores», a menudo los propios candidatos chavistas derrotados,  que le reportan directamente a Maduro.

Publicidad
Publicidad