Opinión

El águila y el liderazgo

En este artículo, Ricardo Adrianza suma, a los principios ya conocidos para ser líderes, las características de uno de los animales más audaces y capaces que existen: el águila

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Foto: Flo Maderebner / Pexels

La formación de líderes en una organización supone muchísimos desafíos. Es una constante divisar como el crecimiento de muchos jóvenes se queda estancado como consecuencia de la rutina y del poco interés en asumir mayores responsabilidades. Sin embargo, la rutina no debería computarse como excusa válida, ya que precisamente los líderes en formación deben ver más allá y encumbrar sus trabajos desde otra óptica.

Según mi experiencia, puedo afirmar que el mayor obstáculo lo encontramos en la actitud, quizás incentivada por una perorata gubernamental que glorifica el bajo esfuerzo y la dependencia.

Algunos podrán objetar la afirmación anterior diciendo que las condiciones laborales del empleador son anestesia para el desarrollo. No obstante —sin obviar que este factor laboral puede estar presente— las condiciones de trabajo no siempre son adversas. A pesar de la crisis, existen muchas buenas opciones en el mercado. Además, debemos recordar que el poder de estar en el lugar y sitio adecuado, el que coincida con tus valores, lo tienes siempre tú.

Soy un convencido de que encarar la vida profesional con propósito nos da un envión extraordinario para el logro de objetivos. No es lo mismo realizar un trabajo para “cumplir” que encararlo bajo la misión que supone dar un extra y entregar un resultado que incluya un rasgo distintivo, un algo que te diferencie de los demás.

Foto: Startup Stock Photos

Pequeños cambios pueden generar grandes transformaciones. Intentarlos y cultivarlos en conjunto con las múltiples teorías que existen, sería un gran incentivo en la construcción de tu carrera profesional y liderazgo.

Como aporte, en este artículo pretendo sumar a las teorías sobre construcción de liderazgo, principios de vida que recrearemos a través de algunas de las características de uno de los animales más audaces y capaces que existen: ¡el águila!

Las características del águila son muchas, por lo que prometo resumirlas de la mejor manera y así listar todas las que incentiven tu reflexión y fomentar tu ambición para la construcción de tu propio liderazgo. Aquí vamos….

Las águilas vuelan alto y solas

Volar alto y solo puede sonarles egoísta; además, valorar la importancia del trabajo en equipo y el reconocimiento de las capacidades de otros son cualidades que debe tener un líder. Sin embargo, lo que intento decir con esta primera característica es que te alejes de las personas con mentes limitadas y bajo compromiso.

Debes ser capaz de rodearte siempre de buena compañía, esa que solo replique en ti motivación y te exija el máximo de tus potencialidades. No dependas de nadie para tu crecimiento, ten presente siempre que en esta vida nadie te regala nada y que los logros, acompañados de esfuerzo, tienen mejor sabor.

Las águilas tienen una visión precisa

Cuando ubican su presa, afinan su puntería y van tras su objetivo sin importar el obstáculo. En pocas palabras, este rasgo me lleva a recordarles la importancia no solo del compromiso al asumir una tarea específica, sino de tener un plan concreto en relación con el objetivo o logro que deseas alcanzar. El azar es caprichoso. Tener una visión clara y concentrarse en los objetivos, es imperativo.

El águila no come animales muertos

Esta característica me lleva a recordarles que el esfuerzo y la pasión con que encares cada nuevo proyecto deben estar presentes siempre. Evita regodearte en logros pasados, busca mejorar tus aptitudes e innova en la forma de hacer las cosas con el objetivo de ser tu mejor versión en cada oportunidad.

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Foto Flickr / Pexels

Ten presente que no siempre se obtienen los mismos resultados cuando pretendemos utilizar los mismos procedimientos o argumentos.

El águila ama la tormenta

Aquí me quiero referir a que los líderes no temen a los desafíos o dificultades que se les presentan. Más bien los enfrentan con pasión y dedicación, buscando siempre obtener el mejor resultado. Evita quedarte paralizado por el miedo a fallar — aunque es comprensible — y confía en tus capacidades y en tu intuición.

Se lastima para obtener plumas nuevas

En pocas palabras, cuando el águila está vieja escoge entre morir o renovarse, dejando atrás todo el lastre del pasado, y pasando por una profunda transformación.

En lo que respecta a nuestra existencia, el águila nos indica que debemos estar atentos a deshacernos de aquellos viejos hábitos, dejando escapar todo aquello que represente una carga y no agregue emoción o valor a nuestra vida. En el plano laboral, diría que no te desvíe de tu propósito y de tus valores. De allí la importancia de imprimir tu sello y tener siempre el control de la relación con tu empleador o tu cliente, según sea el caso.

Estas son algunas características que, en definitiva, nos alertan sobre la necesidad de una reconsideración profunda acerca de quiénes somos y adónde vamos.

Nunca debemos dudar en revisarnos constantemente y emprender, en su justa medida, un proceso de renovación y realineación hacia la mejor existencia deseada. Este hábito —indefectiblemente— abonará y hará más placentero tu camino para convertirte en el líder que quieres ser.

Por último, recuerda tomar el tiempo suficiente para evaluarte y desprenderte de viejas costumbres y prejuicios que no aportan valor a la vida que deseas.

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Foto Frank Cone / Pexels

Como el águila, vuela alto, tan alto que el viaje solo te permita estar acompañado de gente valiosa que les aporte felicidad y sabiduría.

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