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El año loco de Robeilys Peinado para lograr bronce en Londres

Hace un año, Robeilys Peinado sufrió uno de los momentos más duros de su vida, cuando su sueño olímpico se quebró de repente al lesionarse en una mano al romperse la garrocha. Pero su espíritu de sacrificio y su determinación, pese a sus 19 años, fue clave para volver con más fuerza todavía.

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FOTOGRAFÍA: Andrej ISAKOVIC | AFP

«Fue muy duro lo que me pasó hace un año porque yo duré seis meses sin poder agarrar una garrocha, ni un simple teléfono. Es algo que psicológicamente todavía me pega a veces, pero después de eso aquí estoy», dijo la joven de 19 años a la AFP el viernes al lograr la clasificación, que para ella ya era un grandísimo éxito.
Entonces afirmaba que no se veía «ahorita en un podio», pero el destino quiso premiarle con este inesperado regalo: obtuvo la medalla de bronce este domingo en la final de salto con garrocha femenino del Mundial de Atletismo, con una marca de 4.56 metros.
Las imágenes de la herida ensangrentada sufrida en su mano izquierda, con un amplio surco rodeando su dedo pulgar, en un entrenamiento previo a su participación en Rio-2016 hicieron apartar a muchos la mirada.
Tras pasar por quirófano, los médicos le dijeron que debía tener mucho cuidado y que incluso podría tener problemas cuando tuviera que retomar la competición.
En su planificación del año, en un principio había dejado fuera el Mundial de Londres, pero finalmente el destino quiso que se lo replanteara.
Gimnasta frustrada

Por sus cualides físicas, desde muy pequeña su familia la orientó hacia el deporte.
«Comenzó con la gimnasia cuando tenía tres años. Siempre fue muy atlética, siempre tuvo coordinación y era hiperactiva. Cuando tenía 12 años ya era una promesa nacional en ese deporte, aunque empezó a crecer y a tener problemas con algunas pruebas, especialmente con las barras asimétricas», contó hace unos años su entrenador Carlos Faneyth cuando la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) repasaba la vida de las jóvenes promesas del panorama juvenil.
Peinado terminó 2012 con una mejor marca personal de 4,15 metros, con la que igualaba el mejor resultado mundial para una atleta de 14 años.
Su progresión fue espectacular en estos años, empezando a acaparar titulares en 2014, cuando tenía 15 años y fue campeona juvenil en Donetsk, en el país del mítico ‘ucraniano volador’ Sergey Bubka. Apenas un mes más tarde fue segunda en los Juegos Olímpicos juveniles de Nanking (China).
El año pasado fue segunda también en el Mundial Sub-20 en Polonia, lo que parecía un buen presagio para su estreno en una gran cita de mayores en Rio de Janeiro, sin imaginar su lesión, tan dolorosa física y anímicamente.
Había ido unos meses antes a entrenar precisamente a Polonia con Viacheslav Kalinichenko, intentando evitar las limitaciones de los entrenamientos y las pocas competencias en su país o en el entorno.
«Es complicado allí, estar lejos. Ni el televisor encendía, para qué, si no iba a entender nada», bromea cuando recuerda su estancia en el país europeo, con una cultura, una lengua y un clima tan diferente al de su Venezuela natal.
«A ella todavía le queda progresar para ganarla. Pero la garrocha es una prueba muy técnica y todo puede pasar», afirmaba el presidente de la Federación Venezolana de Atletismo, Wilfredys León, el pasado viernes en una entrevista con la AFP en Londres, al hablar de las posibilidades de Peinado en este Mundial.
Y como todo puede pasar, la joven princesa de la garrocha terminó haciendo historia con su bronce.
Si hubiera que premiar su fuerza mental, merecería un oro.]]>

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