Opinión

El rechazo sensato

Garbiñe Muguruza seguirá defendiendo los colores de la bandera española por el resto de su carrera

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J.S. para ElEstimulo.com | Foto: AP

Cuando la crianza priva, el origen vale poco. Este viernes, Garbiñe Muguruza decidió defender la bandera española en competencias internacionales en detrimento de Venezuela, su lugar de nacimiento.

La emoción que despertó la actual número 23 del circuito femenino en territorio nacional nació en mayo de este año. Antes, ¿quién era Garbiñe Muguruza?

Una vez ganadora de su duelo de segunda ronda en Roland Garros, donde dejó en el camino a la estadounidense Serena Williams, número uno de la clasificación, el tenis criollo pensó que el brillo de la joven de 21 años alcanzaría el territorio nacional; sin embargo, y después meses meditándolo, prefirió mantenerse bajo la tutela ibérica.

La decisión de Garbiñe fue correcta. Simple. En el plano deportivo habría sido un retroceso decantarse por la Vinotinto del tenis, pues la distancia en la disciplina entre un país y otro es directamente proporcional a los kilómetros que los separan.

Con España, Muguruza jugará en el Grupo Mundial de la Copa Fed en 2015, pudiendo convertirse en una pieza clave dado su juego en singles y dobles. Sobre esto último, cerrará el calendario en Singapur, para disputar las Finales de la WTA junto a Carla Suárez-Navarro. Además, sus opciones de disputar una medalla en los Juegos Olímpicos Río 2016 son enormes.

Desde este lado del charco, su competencia sería el Grupo I de la Zona Americana en el torneo femenino por naciones. Involución.

Haberse puesto bajo las órdenes de la Federación Venezolana de Tenis habría sido la victoria del padre ausente, aquel interesado en los logros cuando de ahora en adelante todo será más fácil. Venezuela no le dio cobijo cuando desarrolló su juego y prefirió esperar por los resultados antes del proceso.

El esfuerzo de la FVT fue a destiempo, cuando ella entendió todo lo que podía lograr con una nación y aún así fue difícil tomar una decisión.

La sangre llama, pero el éxito también. Garbiñe siempre será venezolana, eso no cambiará; sin embargo, pudo elegir su presente y futuro. Y no se equivocó.

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