El banco realizó entre 2009 y 2012 operaciones contables que le permitieron reducir «artificialmente» el monto que debía mantener como reservas para hacer frente a una eventual demanda de sus clientes para recuperar sus haberes.
Esa maniobra le permitió a Merrill Lynch disponer de hasta $5.000 millones, que usó para financiar actividades especulativas y riesgosas.
«Si Merrill Lynch hubiera quebrado a causa de sus operaciones de corretaje, (sus) clientes (…) se habrían expuesto a un enorme agujero en sus reservas», escribe la Securities and Exchange Commission (SEC) en su comunicado.
El banco también violó su obligación de proteger los fondos de sus clientes ante eventuales reclamos de terceros en caso de quiebra, asegura la SEC, que cifra en unos $58.000 millones el potencial monto en riesgo.
El banco, filial del Bank of America, reconoció los hechos y aseguró en un comunicado que ninguno de sus clientes se vio afectado por esas prácticas. «Las cuestiones vinculadas a nuestros procedimientos y controles fueron corregidas», afirmó uno de sus portavoces en un mensaje a la AFP.