Este viernes, a través de su cuenta de Twitter, la Asociación Nacional de Supermercados y Abastos (ANSA) afirmó que la mercancía recibida «en sus tiendas será vendida en sus tiendas». También ratificó que mantendrá el expendio de productos de la cesta básica y cuidado personal.
El gobierno también decidió pronunciarse al respecto. El ministro de Alimentación, Rodolfo Marco Torres, descartó que la distribución de alimentos quede exclusivamente en manos de los CLAP. Indicó que el expendio de los «pocos alimentos» que hay requiere de la participación de todos, tanto de los supermercados como de los abastos y las organizaciones populares.
Esta aclaratoria surge tras la distribución de un oficio, emanado del Servicio de Administración Tributaria del Distrito Capital, que prohibía a los supermercados de zonas populares de la capital la venta de una lista de artículos sensibles.
De hecho, la cadena de supermercados Unicasa hizo visible un cartel en el que anunciaba la aplicación de la medida, el cual fue retirado poco después.
La instrucción desencadenó protestas en varias zonas de Caracas y alcanzó un punto álgido este jueves en la avenida Fuerzas Armadas, donde las autoridades locales realizaban un «operativo antibachaqueo» en comercios de la zona, con la presencia de los CLAP. Según Daniel Aponte, jefe de gobierno del Distrito Capital, bandas de bachaqueros reaccionaron violentamente contra la fiscalización.
No obstante, otras versiones apuntan a que el desvío de productos básicos desde un supermercado a los comités gubernamentales, que una vez al mes reparten la llamada «bolsa solidaria» a las comunidades, desencadenó una protesta que culminó de forma violenta.
Una situación similar se vivió en San Martín, donde los vecinos cerraron las calles luego de que los empleados de un Unicasa les informaran que los productos regulados habían sido entregados a los CLAP.
Una fuente del sector comercial dijo a El Estímulo que la medida adoptada por las autoridades tributarias de Distrito Capital está «totalmente desarticulada del resto de los ministerios».
«Es una locura porque no puedes sacar productos sensibles frente a la mirada de muchas personas que están en frente de las tiendas esperando comprar algo para sus hogares. Si ellos quieren productos, que se dirijan a la industria pero sacarlos de los supermercados o farmacias es atentar contra la tranquilidad de los consumidores», expresó.