Consumo

FOTOS | Las colas no bajan para comprar comida en el Bicentenario de Plaza Venezuela

Entre el sol inclemente, hambre, tristeza, golpes y cansancio, las personas se mantienen desde la noche de este martes 8 de mayo en la cola del abasto Bicentenario de Plaza Venezuela para intentar conseguir comida.

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Fotos: Daniel Hernández / El Estímulo

Durante el recorrido realizado por El Estímulo, se pudo conocer que las personas se mantienen en el lugar porque les avisaron que pueden comprar varios artículos como harina de trigo, pasta y harina de maíz, aunque no puedan llevarse los paquetes que quieran sino los que repartan.
El mecanismo es similar al que se ha registrado en otras ocasiones: la cola avanzaba mientras que los supervisores dejaban entrar a grupos de personas con cédula en mano, bajo la mirada vigilante de los funcionarios de la Guardia Nacional.
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Los productos llegaban al mercado gubernamental a cuentagotas, por lo que las personas que se encontraban en la kilométrica cola se limitaban a esperar su turno. Mientras eso sucedía, los niños que estaban allí jugaban entre ellos y desesperaban a sus padres, que solo podían hablar con quienes tenían cerca.
En las colas que daban hacia la estación del Metro de Zona Rental se encontraban funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que caminaban de un lado para otro. El promedio de horas en el sitio de las personas consultadas era entre 8 y 12 horas.
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La cercanía de la entrada hacía que la gente dejara de quejarse por la situación país y bajara un poco los ánimos. «Con la comida del pueblo no se juega», lamentó uno de los afectados que prefirió no dar su nombre.
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La Red de Abastos Bicentenario nació de la expropiación de la cadena Éxito, acción ordenada en enero de 2010 por el fallecido presidente Hugo Chávez. Esta cadena en manos privadas llegó a ofrecer diversidad de productos alimenticios, incluso línea blanca y marrón de tradicionales marcas importadas.
Tras pasar a manos del Estado, sucumbió a la crisis económica del país caracterizada por una fuerte escasez de bienes básicos y una voraz hiperinflación que ha deteriorado el poder adquisitivo de los venezolanos.]]>

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