La Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos de Venezuela (Sundde) y el Ministerio de Comercio acordaron supervisar la comercialización nacional de oxígeno medicinal para evitar «distorsiones económicas».
La medida la dio a conocer Eneida Laya, ministra de comercio de la administración de Nicolás Maduro, a través de su cuenta en Twitter. Allí explicó que tras una reunión virtual, con distintos coordinadores estadales de la Sundde, se impartieron una serie de instrucciones para realizar la evaluación.
Este tipo de controles, que suelen ser sinónimo de escasez en Venezuela, llegan en medio de una segunda ola de casos de coronavirus. Este pico ha obligado a miles de ciudadanos a buscar bombonas de oxígeno porque sus familiares sufren dificultad respiratoria.
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En algunos estados, por ejemplo Distrito Capital, no hay suficientes o son muy costosas. Un cilindro de oxígeno nuevo puede llegar a costar 350 dólares o más. Si consiguen algunas en alquiler, el precio puede superar los $80. Y de tener el cilindro vacío, la recarga cuesta $25 por 12 horas de oxigenación a un paciente con síntomas moderados.
Por lo tanto, la noticia no es un buen augurio para los millones de venezolanos que necesitan o podrían requerir oxigenar a un paciente covid-19.
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