“He podido comprobar por mí misma lo difícil que resulta hacer negocios en Venezuela y cómo eso afecta los derechos de los trabajadores”, dijo Kromjong a El Estímulo tras unas breves palabras a los asistentes a la XLVI Asamblea Anual de Consecomercio que se celebra en la ciudad de Valencia, Carabobo.
“Es necesario que el gobierno, empresarios y trabajadores se sienten a conversar para alcanzar un diálogo social que busque soluciones a los problemas que vive el país”, señaló la vocera, quien dijo sentirse impresionada de las serias agresiones a las que son sometidos los empresarios por parte del gobierno, así como de la gran cantidad de violaciones a las libertades sindicales por parte del propio Estado, que debería ser su principal garante.
“He querido venir a Venezuela para constatar la realidad y poder defender la situación del país antes la OIE”, dijo Kromjong, quien realizó una visita de tres días a Venezuela antes de proseguir viaje a Colombia para sostener entrevistas con autoridades del Trabajo de esa nación.
Durante su breve estadía se reunió con un representantes del empresariado y una docena de sindicatos nacionales, para conocer de viva voz la realidad de estos sectores, pero también dijo haber podido presenciar por sí misma las dificultades que viven los venezolanos en general para adquirir comida y medicinas.
“Estoy muy impresionada de las colas para adquirir comida y de la situación con la electricidad. Cortar el servicio por cuatro horas o más afecta fuertemente la productividad de las empresas y la creación de puestos de trabajo”, dijo.
También señaló que no menos impactante es la información sobre el gran número de jóvenes que se está yendo del país por no ver futuro en Venezuela. “El futuro necesita justamente de gente joven y bien preparada, formados, y he visto con mucha tristeza cómo muchos jóvenes están abandonando el país porque no les ofrece oportunidades para su desarrollo profesional y personal”.
En particular, Kromjong se refirió al caso de Cervecería Polar. Dijo que es preocupante que una empresa tenga que cerrar sus puertas por falta de materia prima y poner en riesgo unos 10.000 puestos de trabajo directos y otros miles indirectos.
“Es increíble que un país como Venezuela, con tantos recursos naturales y humanos, enfrente este tipo de dificultades”, acotó, y precisó que no ha tenido ningún acercamiento con las autoridades del trabajo venezolano más allá de los encuentros sostenidos en el marco de las conferencias anuales de la OIT en Ginebra.
Recordó que Venezuela es el primer país que a través de una organización de empleadores (Fedecámaras) presenta una queja por el artículo 26 por la violación simultánea por parte del gobierno a varios convenios de la OIT.