«Me empezaron a rechazar los billetes de dos bolívares. Yo ando mucho en bus, y no me los querían aceptar; ni para comprar un cigarro, para nada», relató el diseñador gráfico de 24 años a la agencia Reuters.
El comunicador visual, originario de la ciudad de Maracaibo, contó que luego de haber recibido una paga en billetes de dos por un trabajo decidió comenzar con las intervenciones.
«Un día me pagaron un trabajo en billetes de dos ¡Qué fastidio! En la noche viendo la película ‘Deadpool’ decidí dibujarlo en el billete. En una sola noche intervine 50», recordó.
La inflación de tres dígitos de Venezuela (180,9%), la mayor en el mundo, le ha restado tanto valor a la moneda local que los billetes, especialmente los de baja denominación -dos, cinco, 10 y 20 bolívares-, se han convertido en una molestia, apuntó Reuters.
El de 100 bolívares, el de mayor poder de compra, no alcanza para comprar una botella de agua, mucho menos un pan, y está lejísimos de poder cubrir el costo de una manzana, agrega el texto de Eyanir Chinea.
Con sus «intervenciones», como León llama a su arte sobre los billetes, confesó que lo que busca «es protestar contra un gobierno que me quita los sueños y las esperanzas».
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