“Si el gobierno repite la misma metodología que aplicó este año, no es una locura pensar que el cesta ticket pudiera supera los 435.000 bolívares”, señaló Iván Acosta, gerente general de PGA Group durante su participación en el foro ‘Actualidad Laboral 2016’ organizado por la Cámara de Comercio Venezolano Italiana y la Cámara Venezolano Británica de Comercio.
Explicó Acosta que este año el gobierno aplicó -hasta septiembre- tres aumentos del bono alimentario, que subió de Bs 6.750 en enero pasado a 42.480 bolívares en septiembre, lo que significa un alza de 529%, lo que también implicó el alza de la base de aplicación de la medida, que pasó de 1,5 unidades tributarias a 8 UT en apenas ocho meses.
Destacó el experto que para paliar los efectos de la inflación, el gobierno ha decretado aumentos exorbitantes en este beneficio aparentemente sin efecto en los pasivos laborales, y esta misma política se aplica en 2017 –cuando se proyecta una inflación de al menos 1.000%- es de esperarse que el beneficio sobrepase los Bs 435.000.
A ello se sumaría un alza del sueldo mínimo que Acosta estima puede ubicarse en más de 104.000 bolívares, lo que significa que el sueldo integral del trabajador venezolano pudiera ubicarse en más de 539.000 bolívares.
– Amenazante progresividad –
La especialista en derecho laboral Yanet Aguiar, advirtió del peligro que significa para muchas empresas que el Ejecutivo haya otorgado de forma temporal el doble beneficio alimentario, traducido en la obligación de ofrecer servicio de comedor y además el cesta ticket socialista.
“Hay muchas empresas que tienen comedor y se vieron obligadas. Quiero saber cómo van a echar para atrás que los trabajadores reciban ambos beneficios tomando en cuenta que el bono es temporal”, dijo Aguiar, quien recordó la progresividad de los beneficios laborales, una prerrogativa garantizada por las leyes en materia laboral y en la constitución nacional.
Tras indicar que con 34 alzas de salario entre 1999 y 2016 Venezuela es el país que más incrementos ha otorgado en todo el mundo, Aguiar señaló que el más reciente alza implica también costos adicionales tanto para la empresa como para el trabajador. En el primer caso, porque muchas personas pasaron a percibir ayuda por guardería (que además subió de 5 a 9 mil bolívares mensuales), mientras que el empleado deberá pagar más por conceptos como fondo de ahorro habitacional, seguro social y otras obligaciones.
Aunque descartó “por ahora” la posibilidad de que el bono de alimentación pueda ser considerado como parte del salario, es una espada de Damocles que pende sobre el cuello de los patronos, tomando en cuenta que existe jurisprudencia que en el pasado ordenó tomar como salario todos los beneficios e incluso los subsidios otorgados por vía excepcional.
“No creo que el gobierno vaya a permitir que se decrete algo que le perjudicaría directamente por ser el mayor empleador del país. Eso elevaría los costos de las prestaciones sociales de manera casi incalculable, pero no sabemos qué puede pasar en el futuro”, concretó Aguiar.
