“La importación de maíz blanco con el que se hace la harina precocida, está reservada al Ejecutivo nacional de tal manera que ningún privado puede importar directamente“, recordó en entrevista con Vladimir Villegas en el programa transmitido por Globovisión.
Hasta el año 2006 el país era autosuficiente. A partir de 2007, la producción cayó de manera sostenida hasta 2016, cuando se dio la peor cosecha en 35 años. Por esto “a partir de mediados de enero hasta la próxima cosecha vamos a depender exclusivamente de la cantidad de maíz blanco que importe el Estado”.
El gobierno informó -al inicio de la cosecha- que no importaría maíz blanco. “La oferta insuficiente de materia prima es uno de los factores que hace el circuito del maíz blanco y la producción de harina precocida algo inviable”.
Explicó también que el segundo factor que la hace inviable es el sistema de regulación de precios. “Si el productor y la industria transformadora generan pérdidas, ese circuito no es viable. La consecuencia la estamos viendo con la disminución de la producción”.
Según Larrazábal el acuerdo propuesto en el foro del Consejo Nacional de Economía Productiva es beneficioso para todos y fue ampliamente compartido por los 8.000 trabajadores de Polar.
“Es un acuerdo que es satisfactorio para todos, para los venezolanos, para los productores, para la agroindustria. Le ahorra divisas al país y permite reactivar la producción de la harina P.A.N. absolutamente necesaria en esta época”.
Por el aumento en materia prima, los fletes de transporte y los gastos fabriles, pagando el maíz a Bs 96,5 y vendiendo a Bs 190, se pierden Bs 203 por cada kilo que producen.
El representante de Alimentos Polar agregó que para sincerar los precios será necesario que se apruebe el incremento del kilo de harina a Bs 770, el cual generará un margen de ganancia de 20% a la empresa.
“Agropatria nos asignó 30.000 toneladas para las próximas dos semanas para reanudar la producción, el resto depende de lo que el Gobierno decida”, puntualizó.