El dinero en efectivo es el rey de este barrio de joyeros, creado en el siglo XVII en la época del emperador mogol Shah Jahan y situado en las estrechas callejuelas del bazar de Chandni Chowk.
Y nada parece haber cambiado a pesar de la desmonetización decretada en noviembre por el primer ministro Narendra Modi.
«Sigo usando dinero en efectivo», asegura Kapil, un vendedor de oro y diamantes que no quiere dar su apellido. «Sólo efectivo», recalca.
El 8 de noviembre Modi anunció por sorpresa la anulación del valor de los billetes de 500 y mil rupias (7,5 y 15 dólares), que representaban el 86% del dinero en efectivo en circulación en el país.
La medida provocó grandes colas en los bancos de toda India para cambiar los viejos billetes por los nuevos, que tardaron en salir de la imprenta, una situación que duró semanas.
Pero seis meses más tarde, los comerciantes de Chandi Chowk aseguran que las transacciones desmaterializadas (con cheques o tarjetas de crédito) han aumentado muy poco y que el dinero en efectivo sigue siendo el principal sistema de pago.
En India cerca del 80% de las compras se hacen en efectivo a pesar del objetivo del gobierno de crear una economía sin billetes.
Kapil reconoce que gracias al efectivo el año pasado solo declaró 500.000 rupias de ventas (7.770 dólares) cuando en realidad vendió por valor de diez millones (155.000 dólares).
«Los consumidores siempre quieren pagar en efectivo para evitar pagar impuestos», explica por su aporte Ranjeev Panjali, cuya familia trabaja en la joyería desde hace 60 años.
Tras la retirada de los billetes, en marzo el gobierno también decidió prohibir el pago en efectivo para compras superiores a 200.000 rupias. En paralelo está impulsando las «billeteras digitales» y favorece a las empresas que se pasan al pago desmaterializado.
Gracias a estas medidas el gobierno aumentó sus ingresos fiscales un 10% en febrero, comparado con el mismo mes del año anterior.
– Viejas costumbres –
Sin embargo parece difícil cambiar las viejas costumbres y durante un recorrido de toda una tarde por el mercado del oro de Chandni Chowk una periodista de la AFP sólo vio transacciones en efectivo.
«La desmonetización no ha tenido absolutamente ningún impacto», dice el propietario de un comercio que no quiere identificarse. «Nunca podrán sacar el efectivo de nuestro sistema», asegura.
A nivel nacional, las retiradas de dinero de los cajeros automáticos incluso han aumentado, un 0,6% interanual en marzo, hasta 2.200 millones de rupias.
La decisión del gobierno también frenó el crecimiento de este país de 1.250 millones de habitantes. En el último trimestre de 2016, el Producto Interior Bruto (PIB) indio creció un 7% internaual, frente al 7,3% del trimestre anterior.
Una estimación que podría ser revisada a la baja cuando se haya evaluado mejor el impacto de la desmonetización.
La agricultura y el sector inmobiliario son los que más dependen del dinero en efectivo.
«Las ventas de viviendas se han frenado en Delhi pero no sólo a causa de la desmonetización», explica una agente inmobiliario de la capital india que no quiso identificarse. «Es más difícil [comprar] en efectivo pero todavía hay grandes fajos de billetes encima de la mesa», asegura.
Irónicamente la desmonetización ha sido positiva para los joyeros de Chandni Chowk, porque muchos clientes se han precipitado a cambiar su viejos billetes por oro, un valor refugio tradicional en tiempos de incertidumbre.
«No hay ni una sola tienda en todo el mercado que no haya ganado dinero durante la desmonetización», dice riendo un comerciante.
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