El Banco Central de Venezuela (BCV) tiene unos 2.000 millones de dólares: 845 millones en efectivo en reservas internacionales, 431 millones depositados en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros 700 millones que estarían en una cuenta en otro banco estatal, detalló un informe de Síntesis Financiera con datos a julio.
Las reservas internacionales se ubican en 9.876 millones de dólares, las más bajas en 22 años. 75% está en lingotes de oro, casi todos en la bóveda del BCV que, para negociarlos, debe certificarlos fuera del país, apuntó el reporte.
Esas reservas, además de disponerse para cancelar deuda externa, están siendo usadas por el gobierno socialista para financiar importaciones de bienes básicos ante la acuciante escasez de alimentos y medicinas que golpea a la economía en recesión, bajo un esquema de control de cambios vigente desde hace más de una década.
El gobierno de Nicolás Maduro ha destinado escasamente unos 800 millones de dólares mensuales a la venta de divisas para importaciones este año, según datos de las firmas Ecoanalítica y Síntesis Financiera. La cifra es baja frente a las importaciones reportadas por el BCV de al menos 17.800 millones de dólares en 2016, la mitad del año anterior.
La petrolera estatal venezolana Pdvsa, que aporta casi todas las divisas a la nación, debe por su lado cancelar más de 3.000 millones de dólares por deudas en lo que resta del 2017.
Ante la necesidad urgente de liquidez, las autoridades monetarias optaron en los últimos meses por negociar títulos valores y aceptar a cambio un tercio de su precio, como fue el caso de operaciones reportadas por bancos globales como Goldman Sachs y Nomura.
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