Trump compareció en la Rosaleda de la Casa Blanca tras almorzar en privado con el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, y desde allí ofreció una improvisada rueda de prensa en la que trató diversos temas.
El mandatario reconoció que «le gustaría mucho ver» su proyecto de reforma fiscal aprobado en el Congreso «este año» y agregó que cree que hay «muchas probabilidades» de conseguirlo.
Sin dar detalles, Trump dijo que más adelante, una vez resuelta la reforma fiscal, pretende presentar un proyecto de ley de «desarrollo económico».
McConnell, por su parte, destacó que él y Trump tienen «la misma agenda» y que la prioridad actual es aprobar una «reducción» de impuestos para los estadounidenses.
El Consejo de Asesores Económicos (CEA, en inglés) de la Casa Blanca publicó precisamente un estudio que calcula que la reforma fiscal planteada por Trump incrementará el salario promedio de los hogares en unos 4.000 dólares anuales.
El estudio, que vincula ese incremento con la reducción de la tasa impositiva para las empresas del 35% al 20% propuesta por Trump, asegura que esa estimación de 4.000 dólares está hecha «de manera muy conservadora» y que el efecto en los salarios durante los próximos años puede ser «mucho mayor».
Uno de los argumentos de la Casa Blanca es que una tasa impositiva menor permitirá a las empresas invertir más en bienes de capital como máquinas.
Esas máquinas adicionales permitirían a los trabajadores producir más, lo que desembocaría, a su vez, en que las compañías tendrían margen para aumentar los salarios.
Por otro lado, el informe del CEA señala que, de 2012 a 2016, los 10 países de la OCDE con impuestos corporativos más bajos tuvieron ganancias salariales mucho más altas que aquellos donde las empresas pagan tasas elevadas.
El líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, denunció que ese informe del CEA es una «manipulación deliberada de números y hechos».
Mientras, Trump aseguró durante su rueda de prensa que le gustaría trabajar con los demócratas en sus prioridades legislativas, pero añadió que «ahora mismo ellos no están haciendo nada más que obstruir».
Además de reducir la tasa para las empresas del 35% al 20%, el plan fiscal de Trump pretende simplificar los tramos de impuestos de la renta individual, al pasar de los siete actuales a tres: del 12%, del 25% y del 35%.
Lo que no han explicado el mandatario ni la Casa Blanca es cómo se compensará la caída en los ingresos sin elevar el déficit.