Economía

7 hechos que marcaron la economía venezolana en 2017

Como se vislumbraba a finales de 2016, el año siguiente sería aún peor en su desempeño económico si el gobierno de Nicolás Maduro no modificaba sus políticas, cada vez más radicales y en contra de la economía privada. Y así fue.

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Billete de bs 100.000
Foto: Archivo / FEDERICO PARRA / AFP

Un caldeado segundo trimestre de protestas contra la administración de Maduro que se extendieron hasta finales de julio, con saldo de 130 muertos y miles de heridos, fue aprovechado por el mandatario nacional para hacer campaña por una Asamblea Nacional Constituyente que traería paz y resolvería los problemas económicos, según su discurso.

Convocada de manera ilegítima, la ANC se ha arrogado facultades de la Asamblea Nacional en funciones y ha aprobado leyes y decretos violatorios de la Constitución Nacional, con la excusa de ser un organismo plenipotenciario.

Entre las materias que han tenido luz verde están las relacionadas con los precios acordados de bienes y servicios, inversiones extranjeras y la Unidad Tributaria Sancionatoria, todas aprobadas en las últimas seis semanas.

El Interés hizo un repaso de los hechos más relevantes del año que ayudan a explicar por qué Venezuela terminará 2017 con una contracción del Producto Interno Bruto de 14,7%, una inflación de 2.735% y un recorte de importaciones de 37%, de acuerdo con cálculos de la firma de análisis económico y financiero Ecoanalítica.

1.- Llegó la hiperinflación. Este proceso, anunciado en diciembre de 2016 por el economista estadounidense Steve Hanke, terminó por apoderarse de la economía en 2017 y apenas fue reconocido abiertamente por los economistas venezolanos durante el último trimestre.
Este fenómeno es el resultado de una inyección de liquidez sin respaldo como nunca antes vista y ubicarse en Bs 122,72 billones o un alza de 1.077% hasta la semana del 22 de diciembre –data más reciente al momento de elaborar esta nota– y una reducción significativa de la oferta importada y nacional, en este caso por regulaciones excesivas que llevaron a la desaparición de algunos rubros del mercado.
El desborde de precios y la incapacidad del Banco Central de Venezuela para emitir suficientes cantidades de billetes y de las más altas denominaciones, mantuvo restricciones a la entrega de bolívares en los bancos debido a la crisis de efectivo.

2. Salió el billete de Bs 100.000. El cono monetario ampliado (tres monedas y seis piezas de papel) en enero de 2017 para poder hacer frente a la inflación, se quedó corto ante el avance de los precios y con retraso el gobierno sacó a circulación –el 3 de noviembre– el billete de Bs 100.000, un valor nominal cinco veces superior a su precedesor, el de Bs 20.000.
No obstante, el papel, que copia el diseño del billete marrón de Bs 100 y solo cambió su color a amarillo, quedó pulverizado en un santiamén con la disparada del dólar en el mercado no oficial.

3.- El dólar paralelo sobrepasa al billete de Bs 100.000. La nueva pieza monetaria, sin haber cumplido el mes en la calle, recibió el primer golpe: el tipo de cambio en el mercado paralelo marcaba el 1º de diciembre Bs 103.024,30. La tasa paralela alcanzó su tope el 19 de diciembre, cuando consiguió un precio de Bs 124.190,10 y cerrar 2017 el viernes 29 en Bs 111.413,20.
Una mayor cantidad de dinero en circulación, las sanciones de EEUU al gobierno de Venezuela y el cierre de las subastas de divisas impulsó la demanda de divisas en el mercado paralelo, el que sirve de referencia para la fijación de los precios de la economía.

4.- Nació y murió el Dicom. Anunciado por el gobierno en febrero de 2016, no fue sino hasta finales de mayo de 2017 cuando se puso en marcha el Sistema de Divisas Complementario de tipo de Cambio Complementario Flotante de Mercado (Dicom).  Sustituyó al Sistema Marginal de Divisas (Simadi) que asignada dólares a diario, por un esquema de subasta semanal que recortó aún más la entrega de divisas.
En tres meses se realizaron 15 subastas, la última de las cuales fue anulada  casi tres meses después (21/11/17) por el BCV alegando dificultades para hacer las transferencias del dinero, tras las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos.

5.- El gobierno se queda sin dólares y cae de default. La escasez de divisas representó también una disminución de las importaciones en el año de 37%, según estimaciones de Ecoanalítica, lo que se vio reflejado en la poca oferta de bienes y servicios.
Peor aún es que luego de alardear por años de pagar puntualmente sus compromisos con tenedores de bono a pesar de una supuesta guerra económica, el gobierno se quedó sin las divisas para seguir haciendo frente a sus obligaciones.
Después de tres semanas de haber dejado de pagar de manera consecutiva intereses de bonos tanto de la República como de Pdvsa, el presidente Nicolás Maduro anuncia formalmente el 2 de noviembre su intención de ir a una renegociación de deuda. Sin embargo, aún no ha presentado ningún plan a los acreedores.
La consecuencia inmediata fue que calificadoras de riesgo y luego el comité de acreedores de la Asociación Internacional de Swaps y Derivados (ISDA)  declararan a Venezuela y Pdvsa  en cesación de pagos (default).

6.- Pdvsa en el ojo del huracán. La principal industria del país y que provee al gobierno 96% de los ingresos en divisas, quedó expuesta en varias tramas de corrupción que se formaron desde la gestión de Rafael Ramírez  al frente de la corporación petrolera, según revelan las investigaciones adelantadas por el Ministerio Público.
El gobierno fue cercando a Ramírez emitiendo órdenes de captura y apresando a su entorno más cercano –incluyendo a los presidentes de Pdvsa y ministro de Petróleo, Eulogio Del Pino y Nelson Martínez– quienes habrían sido partícipes de una serie de irregularidades que causaron pérdidas milmillonarias a la Nación.
El escándalo llega en el peor momento de Pdvsa, sumida en un profundo deterioro que la ha llevado a niveles de producción de 1,8 millones de barriles diarios, los mismo que exhibía hace 28 años, y con una comprometida capacidad de respuesta ante la falta de inversiones.
Hasta la gasolina ha tenido que importar para enfrentarlas deficiencias de sus refinerías, dos de las cuales registraron una explosión y un incendio  durante la última semana de diciembre, para complicar aún más la escasez de productos petroleros.
Si bien los precios de la cesta venezolana de petróleo recuperaron poco más de 30% en el año, esto resultó insuficiente para atender el nivel de gasto clientelar del gobierno, y sumado al efecto de las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, causó malestar entre parte de la población durante los últimos días del año, que salieron a las calles a protestar por los productos prometidos y que no fueron entregados.

7.- A falta de dólares buena es una criptomoneda. La eliminación del Dicom llegó con la promesa de que Venezuela no dependería más del dólar y crearía una canasta de monedas para poder realizar sus transacciones comerciales y evadir las sanciones de EEUU. Pero todas las monedas pasan por el dólar para su conversión.
El gobierno de Maduro quiso aprovechar el auge mundial de las criptomonedas (monedas digitales soportadas en tecnología blockchain) y sumarse a la ola con el petro, una figura respaldada con las reservas del campo 1 del Bloque Ayacucho de la Faja Petrolífera del Orinoco y cuyo precio será equivalente al de un barril de petróleo, según el anuncio más reciente del jefe de Estado.
Los resultados de este experimento se podrán apreciar en 2018, cuando se espera su arranque formal. No hay fecha precisa pero sí una superintendencia que atenderá todo lo relacionado a esta criptomoneda

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