Un año ha transcurrido desde que el presidente Nicolás Maduro, ordenó la apertura de casas de cambio en la frontera colombo-venezolana para frenar “las mafias cambiarias” que desde la ciudad colombiana de Cúcuta estaban presuntamente perpetrando “un ataque” contra el bolívar que lo mantenían –según el mandatario nacional– muy por debajo de su valor real.
Varias casas de cambio ofrecerían el servicio de compra-venta, de acuerdo con la información suministrada por el entonces gobernador de la entidad, José Gregorio Vielma Mora. Sin embargo, solo Italcambio –cuyo dueño Carlos Dorado es allegado al gobierno nacional– es la única que efectivamente fue autorizada para vender pesos colombianos.
Este 16 de enero, cuando se cumple un año de la entrada en vigencia de la medida, la tasa de cambio es de 1.05 pesos por bolívar, según constató El Estímulo en una sucursal tachirense. Al momento del arranque, 12 meses atrás, el tipo de cambio era de cuatro pesos por bolívar.
Las afueras de Italcambio y sus calles adyacentes denotan el declive de lo que prometía ser el final del mercado negro de pesos en la frontera, desolación tanto dentro como fuera de la casa de cambio y empleados conversando entre sí, fue lo que comprobó El Estímulo.
“El proceso se continua haciendo de manera normal e ininterrumpida desde hace un año. Le puedo decir que la alta afluencia de compradores de pesos colombianos que se registraron al inicio de las operaciones ya no es el mismo. Como puede ver esta agencia es la más concurrida y hoy se habían enviado dos listados, eso corresponde a 200 personas citadas y no han llegado ni 20, a formalizar el proceso”, dijo un empleado de Italcambio.
La compra de divisas colombianas que se otorga solo a personas naturales (el convenio nunca fue abierto a personas jurídicas), pudo haber disminuido, -de acuerdo al trabajador de Italcambio– debido a que muchos venezolanos que la solicitaron ya no se encuentran domiciliados en el territorio nacional, han migrado a otros países.
A la fecha, Italcambio en el estado Táchira, atiende a los usuarios de la serie 116.000, que hace referencia a las solicitudes de citas que se están procesando únicamente en la oficina ubicada en el sector barrio obrero de San Cristóbal.
Los usuarios de las oficinas situadas en la frontera en San Antonio del Táchira (2) y Ureña (1) deben trasladarse hasta la capital tachirense para presentar los recaudos luego que son citados vía electrónica y pagar con un cheque de gerencia a nombre de Italcambio Casa de Cambio C.A, la cantidad de 1.813.429,96 para obtener luego en Cúcuta un monto aproximado a los 670.000 pesos colombianos, calculó el representante de Italcambio.
– Balance en rojo –
Al cumplirse un año de las instalación de las casas de cambio para la compra de pesos en la frontera el balance que se presenta es negativo, teniendo en cuenta que durante los 365 días que han transcurrido el bolívar no se recuperó. Por el contrario, cada vez se ha venido depreciando más y más, dijo el economista y profesor de la Universidad Católica del Táchira, Aldo Contreras.
“De 4 pesos por bolívar que registró al inicio de las operaciones la página de Italcambio, a las pocas semanas debido a las altas comisiones que se cobraban se pudo constatar que el cambio era de 2,72 pesos por bolívar, luego cayó a 1,15 y actualmente se ubica en 0,70. Esta variación hace que la paridad cambiaria bolívar-peso esté sobreevaluada, como toda la economía nacional”.
Un millón de solicitudes es el último número que manejo, pero se han atendido un promedio menor a las 150.000 personas lo que traduce es que existe una demanda infinita pero con oferta “muy reducida” de divisas.
Cuando un tipo de cambio se hace barato como el de Italcambio que es de 0,70 pesos por bolívar pero la realidad el cambio está en 0,015, esto arma un diferencial cambiario de más de 6 a 7 puntos que deja una ganancia en cada persona de más de 3.000.000 a 4.000.000 de bolívares lo que hace que la demanda sea infinita para obtener una utilidad, explicó el economista.
– Aún sacan provecho –
A pesar que los tiempos de espera para acceder a una cita en Italcambio “son eternos”, como el que ha tenido que esperar Nora Colombo que hizo la solicitud –con la intención de comprar medicinas–a través de la página de Italcambio el 4 de junio de 2017, y se le otorgó el número 343.361. Todavía hay quienes aguardan confiados en lo que les parece “un negocio”.
El Estímulo conversó en las afueras de Italcambio con un usuario del servicio que acudió a la oficina para constatar el número de serie que estaban atendiendo esta semana.
“Es la segunda vez que voy a comprar pesos, la primera vez me salió rápido, en febrero del año pasado, hice la solicitud apenas se empezó el proceso”.
Reveló que en el mismo mes de febrero hizo su segunda solicitud y un año después está cerca de obtenerla, su número de referencia es el 116.820.
Pero “vale la pena la espera”, dijo al destacar que la ganancia que obtendrá por la compra de divisas será mayor a la del pasado año, debido al valor actual del cambio bolívar-peso.
Para Mariano Ortiz (nombre ficticio para proteger su identidad) el “truco” está en pagar un gestor para que agilice la cita.
“Mi esposa tienen un poco más de 500.000 solicitudes por delante, pero consiguió quien le tramite la cita para dentro de tres meses. Por la vía legal le vendría correspondiendo la cita en el año 2021. Pero ella va a pagar 350.000 pesos colombianos, casi la mitad de lo que cobrará en Cúcuta al gestor. Le dije: no importa mija, páguelos que igual algo queda de ganancia”.
El dinero que cobra el gestor de la cita (350.000 pesos equivalentes a 21.875.000 bolívares a la tasa del día) debe cancelarse después de cobrados los pesos en Colombia, lo que garantiza la “transparencia del proceso”, dijo Ortiz.
Por su parte Samy Briceño, relató a El Estímulo, “la suerte” que tuvo a obtener la cita para comprar los pesos.
“Hice la solitud en el mes de enero apenas se abrió la página de Italcambio y me dieron cita para el mes de julio de 2017. Me cayó como anillo al dedo, recibí 650.000 y me quedó de ganancia mucho más de la mitad de la inversión. Me fui a la playa con mi esposa y mi chamo, pasamos una semana de vacaciones, pagué tarjetas de crédito y todavía me sobró plata para los útiles escolares y uniformes. Volví a hacer la solicitud, pero va por la serie de los 700.000”.]]>