FOTOS|La humillante espera de los abuelos por "dos lochas" de pensión

Los bancos Fondo Común, Bicentenario y Del Sur fueron algunos de los más concurridos en distintas zonas de Caracas, durante el primer día de pago de pensiones y jubilaciones a través del terminal del número de cédula.
El panorama fue el mismo, rostros llenos de arrugas que denotaban disgusto mientras sus cuerpos víctimas de la diabetes, la hipertensión o los típicos achaques de la edad resintieron cada minuto de espera para un dinero que ellos mismos afirman solo le «alcanzarán para un pollo».

Una septuagenaria que prefirió no identificarse llegó a un banco ubicado en Chacao a las 6:20 a.m. En horas del mediodía le quedaban tres personas por delante para ingresar al banco. Le dolían los pies y la espalda. En su mano sostenía con impaciencia la libreta de ahorros y aseguraba sentirse impotente.
«Todo esto es culpa de Maduro, porque él no sabe cuánto cuesta un cartón de huevos ni nada, porque él no tiene que pasar por estas penurias, él tiene dólares, yo no. Tanto esperar por dos lochas», dijo.
Está hastiada de un sistema que a su juicio no le proporciona soluciones. «Sólo un milagro podría solucionar esto».

En la larga fila se aglutinaban unos 500 abuelos. El principal problema es que el lunes fue bancario y los que no pudieron cobrar se juntaron con los del martes. Los primeros serán aquellos cuyo terminal de cédula sea 0, 5, 6 y 9.
Para el miércoles pueden acudir aquellos cuyas cédulas de identidad finalicen en 1, 4 y 8. Mientras que el jueves serán atendidos los terminales en 2, 3 y 7.
Hacen la cola porque necesitan el dinero, muchos son subsidiados por sus hijos, pero la actual crisis vuelve difícil mantener a una persona y más a un adulto mayor, el cual requiere de medicinas y tratamientos, además de su alimentación.

Carmen Terán recibió el aviso de cobro por Internet. «Este sistema no funciona. Quisieron hacer una gracia y les salió una morisqueta».
Llegó a las 8:00 a.m. al banco en Chacao, vive en El Marqués y la lentitud del proceso le hacía pensar que tendría su dinero a las 2:00 p.m.
A su juicio, parte de la culpa la tiene el banco por tener cuatro taquillas y que sólo una funcione. «Tengo hambre, sed y ganas de orinar. Esto es inaguantable».

Hay mucha confusión con respecto al monto a cancelar por las pensiones, algunos creen que luego de los tres días estipulados para el cobro no se podrá obtener el dinero. Otro inconveniente es que el pago no se da completo.
«Al ser en efectivo uno tiene que rogar para que le den todo. A veces falta dinero y uno queda en el aire».
En una silla plegable Beatriz González espera con sus lentes de sol y una gorra con la bandera de Italia. «Estoy cansada de hacer cola, pero ya nos hemos acostumbrado a eso ¿Qué vamos a hacer?»
Se cuestiona para recordar luego que esta idea prometía ser una solución pero reitera que fue una burla para personas que necesitan su dinero por ley. «Esto no es un regalo».

Nancy de Rocca, es maestra jubilada, vive con sus nietas, admite que el Gobierno no se ha olvidado del todo de los ancianos, pero a la vez -dijo- no han hecho lo pertinente para solucionar un problema que empeoró con el paso del tiempo.
«Yo no puedo trabajar para solucionar la crisis económica de mi hogar y hay hambre. A veces sólo nos alcanza para una panqueca para la cena».

Sentada en las escaleras del Banco del Sur, Maigualida Palencia se siente fatigada, tiene 71 años y trabajó 30 para ganarse su pensión, pero lleva cinco horas en una cola para obtener el dinero que le corresponde por derecho.
Su interrogante es la misma que muchos. ¿Hasta cuando seguirá esta situación? Ella afirma no saberlo pero espera que sea pronto.
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