UE logra "histórico" acuerdo tras una cumbre llena de fricciones
El plan de recuperación se enfrenta ahora a un paso potencialmente complicado en el Parlamento Europeo y debe ser ratificado por todos los Estados miembros
El plan de recuperación se enfrenta ahora a un paso potencialmente complicado en el Parlamento Europeo y debe ser ratificado por todos los Estados miembros
Los líderes de la Unión Europea (UE) alcanzaron en la madrugada del martes un acuerdo “histórico” en torno a un plan de estímulo masivo. El objetivo es lograr resucitar una economía devastada por el coronavirus. Sin embargo, la cumbre para llegar a un acuerdo duró casi cinco días.
El acuerdo despeja el camino para que la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, recaude cientos de miles de millones de euros en los mercados de capitales en nombre de los 27 Estados miembros. Este es un acto de solidaridad sin precedentes en casi siete décadas de integración europea.
El presidente de la cumbre Charles Michel calificó el acuerdo como un “momento crucial” para Europa.
Muchas voces habían advertido que el fracaso de la cumbre en plena pandemia de coronavirus habría planteado serios interrogantes sobre la viabilidad del bloque después de años de crisis económica y de la reciente salida de Reino Unido.
La noticia del acuerdo alcanzado en Bruselas hacía que el euro alcanzase un máximo de cuatro meses (1,1470 dólares).
“Este acuerdo envía la señal concreta de que Europa es una fuerza de acción”, dijo un jubiloso Michel en una rueda de prensa.
El presidente francés Emmanuel Macron, uno de los impulsores del acuerdo junto con la canciller alemana Angela Merkel, lo calificó de “verdaderamente histórico”.
Los líderes europeos esperan que el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros y su correspondiente presupuesto comunitario de 1,1 billones de euros para el periodo 2021-2027 ayuden al Viejo Continente a salir de su recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial.
Pero en un club de 27 miembros, donde cada uno tiene poder de veto, la cumbre también destapó las grietas que dividen al bloque y que probablemente obstaculizarán la futura toma de decisiones en lo concerniente al dinero. Los países ricos del norte se resistieron a ayudar a los más pobres del sur.
Los Países Bajos —que lideran el llamado grupo de los Estados “frugales”, formado también por Austria, Suecia, Dinamarca y Finlandia— insistieron en que las ayudas a Italia, España y los otros países mediterráneos que sufrieron la peor parte de la pandemia debían concederse principalmente bajo la forma de préstamos y no de subvenciones no reembolsables.
“Hubo algunos enfrentamientos, pero todo eso es parte del juego”, dijo el primer ministro neerlandés Mark Rutte. También describió como “cálida” la relación con su homólogo italiano Giuseppe Conte.
Sin embargo, el canciller austriaco Sebastian Kurz dijo que el poder de negociación de los frugales ha llegado para quedarse. Además, sugirió que el tradicional motor franco-alemán de Europa se enfrentará a los desafíos de Estados más pequeños pero unidos.
Las fricciones llegaron a su punto álgido el domingo por la noche, según dijeron varios diplomáticos. Esto sucedió cuando Macron perdió los estribos con los “frugales”, a los que el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki calificó de “Estados mezquinos y egoístas”.
Las disputas hicieron que la cumbre se convirtiera en la segunda más larga de la historia de la UE. Estuvo a sólo 20 minutos del récord establecido en el año 2000 en la ciudad francesa de Niza, según Rutte. “Habríamos batido el récord a las 6:05, pero terminamos a las 5:45”, dijo.
En virtud del compromiso acordado, la Comisión Europea pedirá prestado 750.000 millones de euros utilizando su calificación de deuda de triple A, de los cuales se desembolsarán 390.000 millones en transferencias —menos de los 500.000 millones previstos originalmente— y 360.000 millones en préstamos baratos.
Dadas las dificultades, hablar de un momento “Hamilton” para Europa —saludado como tal por el ministro de Finanzas alemán Olaf Scholz en referencia a la decisión de Alexander Hamilton de federalizar las deudas de los estados de EEUU en 1790— suena exagerado.
El acuerdo de la cumbre no pone a la UE en el camino hacia una unión fiscal al estilo estadounidense. Sin embargo, algunos lo ven como un primer paso.
Rutte consiguió con sus presiones incluir en el acuerdo un “freno de emergencia”. Con este freno se busca dejar temporalmente en suspenso las transferencias del fondo de recuperación si se considera que un Estado de la UE no cumple con las condiciones de reforma vinculadas a este dinero a fondo perdido.
Los “frugales” también consiguieron mayores reembolsos del próximo presupuesto plurianual de la UE, un mecanismo de devolución que consiguió por primera vez Reino Unido en la década de 1980 y que Francia esperaba eliminar gradualmente después del Brexit.
El plan de recuperación se enfrenta ahora a un paso potencialmente complicado en el Parlamento Europeo y debe ser ratificado por todos los Estados miembros. Esto supone una demora en la entrega de los fondos para unas economías que ya necesitan desesperadamente las ayudas.
España recibirá unos 140.000 millones de euros, de los que 72.700 millones serán transferencias, dijo el Gobierno español. Además, el paquete permitirá al bloque impulsar ejes estratégicos como la transición ecológica y digital.
Los desembolsos también estarán vinculados a que los países observen el Estado de derecho. Hungría, respaldada por su aliado euroescéptico Polonia, había amenazado con vetar el paquete si los fondos se condicionaban a la defensa de los valores democráticos. Sin embargo, los diplomáticos dijeron que se había encontrado una forma de avanzar en este sentido.
Información de Reuters