El crecimiento económico en China se ralentizará en los próximos años, lastrado sobre todo por la incertidumbre relacionada con la crisis en el sector inmobiliario y por el contexto internacional, pronosticó el viernes el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El Producto Interior Bruto (PIB) del país se situará este año en 4,6%, tras la revisión al alza a principios de semana de su anterior previsión de 4,2%. Y evolucionará a un 3,5% hacia 2028, señaló en su informe centrado en la coyuntura en China.
El sector inmobiliario y las exportaciones son los pilares del crecimiento de la segunda economía mundial y dan trabajo a millones de personas.
Pero los problemas financieros de algunos de sus promotores inmobiliarios más importantes (Evergrande, Country Garden…) suscitan desconfianza entre los compradores, lo que repercute en las actividades de cientos de miles de empresas subcontratistas.
Las exportaciones chinas retrocedieron en 2023 por primera vez en siete años, debido a las tensiones geopolíticas y a una demanda mundial estancada.
«El sector inmobiliario está en medio de una transición de varios años para convertirse en más pequeño y sostenible (…) y sólo estamos al principio», señaló la responsable para China del FMI, Sonali Jain-Chandra,ante la prensa.
Esta tendencia persistirá en 2024, agregó.
El gobierno ha multiplicado en estos últimos meses las medidas para apoyar al sector, pero sin dar frutos por ahora. «Todavía queda mucho por hacer», consideró Jain-Chandra.
«Está claro que las dificultades (financieras) de los promotores y los proyectos de construcción inacabados generan riesgos de crédito», advirtió por su parte Thomas Helbling, del departamento Asia-Pacífico del FMI.
China registró el año pasado uno de los crecimientos más bajos en las tres últimas décadas (5,2%), según cifras oficiales.