El organismo regulador reprocha al grupo automotor no haber comunicado en los plazos requeridos informaciones importantes sobre los defectos de sus vehículos para prevenir accidentes, según un comunicado.
«Una comunicación exacta y rápida (de los datos) es una exigencia legal y también una obligación del fabricante para garantizar la seguridad del público», explica Antony Foix, secretario de Transportes. «Necesitamos que FCA y otros fabricantes adopten una cultura de la seguridad pro activa y fuerte», agregó.
Además del castigo financiero, el grupo, nacido de la fusión de la italiana Fiat y la estadounidense Chrysler, aceptó una auditoría de sus prácticas sobre la comunicación de los datos sobre la seguridad de sus vehículos. La misma la realizará un tercero.