El trabajo formal, como lo conocíamos hace un tiempo atrás, cambió. La pandemia por Covid-19 modificó la dinámica laboral de muchas maneras. Jorge Roig, empresario venezolano y miembro del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), asegura que ya nada volverá a ser igual.
Tener que recurrir al teletrabajo, ya usual para algunos millennials o integrantes de la generación Z, no ha sido una labor sencilla para aquellos que estaban acostumbrados a cumplir la rutina en una empresa. Ahora nos alcanzó esta modalidad, indistintamente de la edad o la profesión. El teletrabajo llegó para quedarse.
Roig considera que la discusión que se dio en el seno de la OIT, previo a la cuarentena por coronavirus, era precisamente determinar cuáles serían los puestos de trabajos que en el futuro se demandaría. Sin embargo, el futuro llegó mucho más rápido de lo previsto.
“El trabajo dependerá mucho de lo que hagamos hoy (…) Eso tiene que ver con herramientas fundamentales, entre ellas la tecnológica, que la mayoría visualiza porque evidentemente hay cambios importantes en el área como el internet de las cosas, robótica, big data y el blockchain”.
Mayor igualdad de género
Jorge Roig apunta que se debe tomar en cuenta que la gente envejece más lento ahora y ello hace que permanezcan por más tiempo en sus trabajos. Hay un crecimiento en la igualdad de género que influye en el nuevo panorama laboral, no sólo en Venezuela sino a nivel mundial.
“El mercado, por último, va a demandar algunas profesiones y otras las va a destruir, no las va a necesitar. Lo importante, la discusión en este momento es qué va pasar después de la pandemia (…) Va a haber un desempleo muy grande, producto de la pandemia, que quizás sea el mayor desde la Guerra Mundial”, señaló el también ex presidente de Fedecámaras.
Dijo que la readaptación requerirá ser flexible frente al nuevo panorama laboral.
Teletrabajo
Respecto al teletrabajo, Roig consideró que si bien puede ofrecer ventajas, entraña también ciertas desventajas como por ejemplo aquellas mujeres que mientras están en casa cumpliendo sus asignaciones laborales, deben atender a los niños. O cuando las empresas trasladan gastos como la electricidad, internet y alimentación a sus empleados en sus domicilios.
“Hay que mirar esto con cuidado porque hay puestos que son susceptibles al teletrabajo y otros que no”, acotó Jorge Roig.
Aquellos que operan maquinarias en una fábrica, posiblemente no podrán adaptarse a la nueva modalidad. “Hay gente que va a tener que estar en los procesos productivos que no podrán hacer desde sus casas”, indicó.
Nuevo concepto de informalidad
“Hay un nuevo concepto de informalidad. Cuando hablamos de un trabajador informal, muchos piensan en un buhonero, en alguien que vende en la calle y eso ya no es solamente un trabajador informal”, expresó el ex presidente de Fedecámaras.
Para Roig, «los millennials que trabajan desde la computadora de sus casas o un diseñador gráfico que envía sus diseños, y otros tantos, se convierten en un trabajador informal, porque salen del sistema formal de seguridad social”.
A su parecer se dará una nueva discusión acerca de cuáles son esos sistemas de seguridad social que deben existir. “Que los jóvenes se acostumbren a que tienen que ahorrar para que cuando ya no sean productivos, tengan un sistema de desempleo, un seguro de hospitalización y eso será autorresponsabilidad porque las sociedades no podrán pagarlo”.
¿Cómo nos encuentra el virus en Latinoamérica?
Roig señaló que el coronavirus encuentra a Latinoamérica en medio de características particulares: Altas inequidades, aumento del descontento social, limitado acceso a la salud, sistemas sociales débiles y alta informalidad.
Dentro de este panorama, los que trabajan de manera informal serán los más impactados por los efectos de la crisis laboral, especialmente post pandemia, debido a que ellos no tienen acceso a la seguridad social ni al sistema de salud. Tampoco cuentan, por lo general, con capacidad de ahorro y no poseen seguro de desempleo.
Emergentes y decrecientes
Jorge Roig explicó que las características de adaptación, innovación y flexibilidad serán claves para el nuevo momento laboral. “Si hubiésemos dicho, hace 10 años atrás, que un operador de drones hoy podía ganar 5000 dólares en el mercado, no sabríamos –en aquel momento- ni siquiera qué era un dron”.
Según Roig, emergerán puestos como el de gerente general de operaciones; analistas de data y científicos; diseñadores de maquinaria-humana y equipos de experiencia-usuario; inteligencia artificial y especialista en aprendizaje; desarrolladores de software y aplicaciones; profesionales de venta y mercadeo, entre otros.
Asimismo, el especialista consideró que podrían decrecer las labores para los que se desempeñan en contabilidad y pago de nóminas; asistentes ejecutivos y administrativos; analistas financieros; empleados para control de inventarios; especialistas de marca y comunicación.
Sin embargo, Jorge Roig recalcó que tan importante como la formación académica, se requiere contar con habilidades blandas que quizás han sido menospreciadas por el mercado de trabajo.
Se trata de la honestidad, los valores, la responsabilidad social, la capacidad de comunicarse, oratoria y trabajo en equipo. “Son virtudes que nadie pide en un currículo pero que cada vez son más importantes”.