Los emprendimientos vinculados con venta de ropa de segunda mano han venido creciendo vertiginosamente con la recesión económica que vive el país. Unos más organizados que otros y diseñados en distintas etapas hasta llegar a ser una tienda tipo resale como las más afamadas de Nueva York.
Caja de Ropa como se conoce al emprendimiento nacido primero en la red social Instagram de la mano de la comunicadora social María Sánchez en la ciudad de Maracay, viene creciendo rápidamente desde diciembre de 2014 cuando surgió la idea de recoger -de la mano de amigos- las piezas de buena calidad que ya no usaban para brindarles la oportunidad a otras personas de adquirirlo por un buen precio.
Sánchez señala que al observar el desarrollo de este tipo de tiendas en Estados Unidos, donde se calculan alrededor de 25 mil establecimientos activos, se propuso -luego de realizar varios eventos itinerantes- establecerse de manera fija para el primer trimestre de 2016 en un espacio físico que permita a las personas visitarlos cuando quieran.
Para los eventos al público se planificaron a lo largo de 2015 cuatro actividades. En la del mes de julio organizado en el Hotel Bermúdez de Maracay, dice haber roto esquemas. “Siempre que pensamos en ropa de segunda mano nos imaginamos un espacio físico desarreglado con la ropa desorganizada, es por eso que cuidamos los detalles a la hora del montaje, es una boutique bien diseñada con ropa, zapatos, carteras, accesorios, corbatas, pero de segunda mano”, señala Sánchez.
Caja de Ropa funciona –relata su fundadora- gracias a las colaboración de personas conocidas que bajo la figura de consignación entregan sus prendas para ser vendidas en los diferentes eventos, recibiendo luego un porcentaje de las ganancias del valor asignado en la venta de la prenda.
“La fidelidad, respeto y confianza de la gente ha sido vital para que Caja de Ropa vaya en ascenso, son ellos los que apuestan a que todo salga bien en la relación ganar-ganar. Todos salen beneficiados, el que consigna, el que vende y el que compra porque finalmente el comprador por un muy bajo precio comparado con la ropa nueva, adquiere una buena pieza por un precio menor», indica.
«La visión del negocio es sencilla, monetizar lo que ya no se usa y no se le volverá a dar uso», dice María Sánchez.
En los eventos no solo colocan ropa o zapatos si no que se dispone de un espacio para la denominada «corotera» ya que la gente señala siempre tener algún objeto en su casa que desea vender.
“Este concepto de reventa como lo es Caja de Ropa atrae a mucha más gente. Buscamos romper con la tradicional venta de garaje, en nuestros eventos por ejemplo la gente puede probarse la ropa y las piezas de segunda adquieren una presencia de calidad. Jamás venderíamos una ropa dañada o manchada porque la idea es revender buenos artículos incluyendo los de grandes marcas que para un venezolano de clase media hoy es casi imposible o prohibitivo debido a los precios”.
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