«Es un verano desastroso. Hay que olvidar muy rápidamente este tercer trimestre», resume el analista Richard Bove, de Rafferty Capital Markets.
Nunca desde la crisis financiera las actividades especulativas habían sido tan magras y el desempeño trimestral de Morgan Stanley, el más «pequeño» de los seis grandes bancos estadounidenses, es testimonio de eso.
De julio a septiembre, el beneficio neto se redujo más de la mitad, a 740 millones de dólares, lo que coloca al banco muy lejos de lo esperado.
En efecto, el beneficio por acción ajustado, referencia en América del Norte, fue de 42 centavos, cuando los analistas preveían que llegara a 62 centavos.
El volumen de negocios de Morgan Stanley registró su mayor caída en tres años: -15,7% a 7.330 millones de dólares, contra 8.540 millones esperados en promedio por los mercados.
La semana pasada Goldman Sachs y JPMorgan Chase decepcionaron a la comunidad financiera, mientras que Bank of America y Citigroup apelaron a reducciones de costos para incrementar sus beneficios. Ni siquiera el banco californiano Wells Fargo, menos expuesto a las sacudidas de los mercados financieros, tranquilizó.
-Baja de los bonos-
«La volatilidad en las plazas financieras mundiales en el tercer trimestre generó un medio ambiente difícil en el trimestre, en particular para la actividad de ingresos fijos y de banca comercial en Asia», explicó James Gorman, presidente de Morgan Stanley.
Los ingresos en el fondo de inversiones interno del banco cayeron 59% debido a la desconfianza de los clientes asiáticos.
Los dividendos de la división de «títulos institucionales», que incluye fundamentalmente el corretaje, cayeron 19,3% a 3.500 millones de dólares, comparado con el mismo periodo hace un año.
En el terreno minorista, los ingresos generados por las apuestas en bonos del Tesoro, las obligaciones de empresas, las divisas o las materias primas se desplomaron 41,5% a 583 millones de dólares. Los observadores esperaban un retroceso menor, a 954 millones de dólares.
Detrás de esta baja están los temores en torno al crecimiento chino, las incertidumbres sobre un alza o no en Estados Unidos de las tasas de interés, que están casi en cero desde la crisis financiera de 2008, y una estricta limitación de la especulación, explicó la institución.
El «trading» de acciones (emisiones y títulos de participación) se mantuvo casi estable en 1.800 millones de dólares (-0,8%), pero por debajo de los 1.900 millones esperados.
A diferencia de Goldman Sachs, Morgan Stanley ha apostado a reducir el peso de la especulación en sus actividades, para estar más protegida ante los fuertes saltos de los mercados.
Pero en el tercer trimestre no la ayudó la actividad menos riesgosa de gestión de activos, centro de su nueva estrategia. El volumen de negocios en esta área fue de 3.640 millones de dólares (+3,52%), por debajo de lo esperado ($3.900 millones).
La única luz positiva está en el asesoramiento financiero a las empresas, alimentado por las fusiones y adquisiciones de empresas y las introducciones en la bolsa, una de las fortalezas del banco. Las comisiones que el banco percibió por ello subieron 42% a 557 millones de dólares.
Gracias a una reducción de las remuneraciones de los ‘traders’, vinculadas al volumen de negocios, Morgan Stanley pudo reducir en general 6% sus costos, a 6.300 millones de dólares, pese a una carga de 250 millones de dólares debido a un acuerdo con inversores que le acusaban de prácticas anticompetitivas en el mercado de los productos derivados de crédito.