En 1999 se estrenó una película basada en un clásico de la literatura, “El talentoso Mr. Ripley”, estaba basada en la novela homónima de Patricia Highsmith, publicada en 1955. Siendo un libro fascinante, resumiré acá que el talento del señor Ripley era el engaño, la manipulación y los negocios turbios.
Este personaje de ficción se me ha venido a la mente al terminar de leer el libro “Alex Saab. La verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro”. Saab es una suerte de personaje de una serie de ficción. Saltó del negocio familiar en Barranquilla, en la costa colombiana, a estar al frente de varias tramas de corrupción, lavando dinero del chavismo, y tratando de blanquearlo en Colombia, Ecuador y Estados Unidos. De acuerdo con la fiscalía estadounidense, lo que está documentado abarca cientos de millones de dólares.
La imagen de su cara le dio la vuelta al mundo. La delegación del chavismo se presentó públicamente en México, en septiembre último, portando carteles para pedir su libertad. Se trata de un hombre, señalado de ser testaferro de Maduro e involucrado en múltiples negocios oscuros, pero que en realidad ha sido informante de la DEA, la agencia estadounidense antinarcóticos, según confirmó la fiscalía de Estados Unidos.
Detenido en Cabo Verde, mientras reabastecía combustible de su jet privado cuando se dirigía a Irán para cerrar la compra de gasolina destinada a Venezuela, también hizo pingües negocios con la importación de alimentos desde México que se distribuían por las redes de control social del chavismo conocidas como CLAP, Comités Locales de Alimentación y Producción.
Tras permanecer detenido por más de un año en Cabo Verde, mientras se decidía su extradición a Estados Unidos, Saab pisó finalmente suelo estadounidense el 16 de octubre de 2021. Ese día el chavismo, como muestra de su molestia, optó por levantarse de la mesa de negociación en México con factores de la oposición democrática, un espacio que quedó sencillamente congelado.
Antes de Cabo Verde, cuando las investigaciones periodísticas señalaban a Saab de estar involucrado en varios casos de corrupción, el chavismo optaba por ignorar el tema, y altos funcionarios hasta aseguraban desconocer al empresario colombiano.
Cabo Verde, como antesala de la extradición a EEUU, cambió todo. El gobierno en pleno se activó para la defensa, se contrató al otrora emblemático juez Baltazar Garzón, se pintaron graffitis y se realizaron y conciertos dentro de Venezuela, se activaron “tropas” (como las denomina el chavismo) para campañas en redes sociales. Hasta salió a relucir que Saab tenía un pasaporte diplomático venezolano.
Este 16 de febrero se confirmó que Saab, en verdad, mientras representaba al chavismo en diversas operaciones internacionales, cooperó con Estados Unidos durante un año de forma “proactiva” sobre sus actividades ilícitas y los contratos con el gobierno de Venezuela.
De acuerdo con el El Tiempo de Bogotá, Saab fue sorprendido ese día por la decisión de la fiscalía que optó por revelar este documento del proceso, que demuestra el vínculo con la DEA, en un período previo a su detención en Cabo Verde. Saab esperaba alcanzar un acuerdo con la fiscalía este 16 de febrero, según el diario colombiano.
La fiscalía tiene confirmación de que Saab se convirtió en 2018 en una «fuente confidencial de la DEA» durante 12 meses. En ese plazo, entregó más de 12 millones de dólares conseguidos con sus actividades ilegales a las autoridades estadounidenses, con las que firmó un acuerdo para entregarse y ser juzgado por el caso de blanqueo de dinero.
Según el periodista Gerardo Reyes, las reuniones entre Saab y la DEA se efectuaron en Colombia, Italia y Bahamas. La posibilidad de que este hombre, señalado de ser testaferro de Maduro en varias causas, se entregase a la DEA se vio abortada sin que queden muy claras las razones, según este periodista colombiano de investigación.
Estados Unidos dio un giro de 180 grados en 2019, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro decidió incluir a Saab, a su socio Álvaro Pulido y a sus familiares en la lista de sancionados por Estados Unidos. La decisión incluyó a dos hermanos del empresario así como a 16 firmas comerciales de su propiedad.
Tras la decisión de la fiscalía, de revelar esta relación de Saab con la DEA, su abogado sostuvo que el gobierno de Maduro conocía de tales contactos y señaló que la desclasificación de esta documentación solo busca «tratar de debilitar la solidez de la relación» de él con Venezuela.
De acuerdo con El Tiempo, dos agentes del FBI y de la DEA tienen el registro de las reuniones con Saab, en las que éste proporcionó información sobre los sobornos que pagó a figuras del alto gobierno en Venezuela para obtener contratos con los que lavó más de 350 millones de dólares.
Según este diario, Saab proporcionó nombres, montos, cuentas, de altos funcionarios del chavismo a los que les pagó por años para escalar y pasar de ser un contratista del montón a un enviado especial ante los gobiernos de Irán, Rusia, China y Turquía.
Para hacer todo lo que hizo Saab se debe tener talento, sin duda alguna, como lo tuvo el señor Ripley de la novelista Highsmith.