Opinión

El precio de la gasolina: un subsidio inflacionario

La gasolina barata termina siendo muy cara, sobre todo cuando este subsidio castiga las deterioradas finanzas de Pdvsa, cuyo déficit se cubre con emisiones de dinero inflacionario

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La inflación de septiembre fue 11,5 % y llevó la inflación acumulada a 111,8 % en lo que va de 2022. Esto hace imposible cerrar el año con una inflación de dos dígitos. Cuando el petróleo lo pagaba todo, los subsidios pesaban poco en el presupuesto nacional. Ahora se financian con emisiones de dinero inflacionario que deterioran el ingreso real.

Los subsidios indebidos son inflacionarios y deben ser eliminados para evitar un mayor empobrecimiento de los hogares.  

En Colombia, en dependencia del octanaje, el precio de la gasolina está entre 0,55-0,71 $/litro. Con las políticas ambientalistas de Petro, el precio de los combustibles tenderá al alza. En EEUU y Unión Europea el precio está en 5,00 $/galón, equivalente a 1,30 $/litro. En los países de América Latina, un galón cuesta $ 4, a razón de 1 $/litro. Llenar un tanque de 60 litros cuesta $ 60.

En Venezuela, el precio de la gasolina subsidiada es de 0,2 Bs/litro, equivalente a 0.02 $/litro. La dolarizada está en 0,50 $/litro. Para llenar un tanque de 60 litros con gasolina subsidiada se pagan 12 bolívares, equivalente a $ 1,5. Con gasolina dolarizada el monto sube a $ 30. Hay redes que se dedican a comprar la gasolina subsidiada y luego la revenden a 1 y 2 dólares el litro.

Esta exagerada diferencia entre ambos precios es un incentivo perverso al contrabando de extracción hacia países vecinos e islas del Caribe. El precio de indiferencia para eliminar el contrabando es 1 $/litro, allí los contrabandistas pierden el incentivo. 

La gasolina barata termina siendo muy cara, sobre todo cuando este subsidio castiga las deterioradas finanzas de Pdvsa, cuyo déficit se cubre con emisiones de dinero inflacionario.

Subir el precio de los combustibles en el mercado interno permitirá absorber bolívares que ya circulan para financiar el déficit de las empresas públicas. Siempre será un mal menor sincerar el precio de la gasolina que sufrir los estragos de la inflación que propagan las desmesuradas emisiones de dinero sin respaldo.

¿Habrá un estallido social una vez que se internacionalice el precio de la gasolina?

Después del colapso de la industria petrolera y de la destrucción de la capacidad de refinación, la severa escasez de gasolina obligó a pagar precios exorbitantes de hasta 3 $/litro, sin que se produjera al anunciado estallido social. Los prejuicios en torno al impacto del aumento de los combustibles como detonante de protestas populares convirtieron el ajuste del precio en un tema tabú y su tratamiento público siempre fue considerado políticamente incorrecto. A fuerza de repetir lugares comunes, el gobierno se negó por muchos años a sincerar el precio. Se impuso siempre el cálculo político-electoral montado sobre falsos supuestos, con lo cual se prolongó la especulación y el contrabando de gasolina. 

Para construir un amplio respaldo popular al aumento del precio de la gasolina, los ingresos adicionales que se generen tienen que ser destinados a financiar programas de interés nacional.

En una reciente encuesta flash por el twitter de #PedagogíaEconómica, 70% se los consultados se mostró de acuerdo con aumentar el precio de la gasolina para financiar otras prioridades de interés nacional. El 41% se pronunció por destinar estos fondos a mejorar el sistema nacional de salud, 15 % prefirió destinarlos a la educación universitaria y 14 % se mostró a favor de repotenciar y ampliar el sistema de transporte público. 

Sobran los argumentos económicos, sociales, políticos y ambientales para vencer las resistencias culturales en contra del aumento del precio de los combustibles, cuyo subsidio a quien más favorece es a las mafias de contrabandistas, especuladores y corruptos.

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