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Ricardo Cusanno, empresario: ley antibloqueo ya viene con fallas de legalidad

En entrevista con El Estímulo, el presidente de Fedecámaras enfoca el panorama económico, político y social de Venezuela. Ya ha comenzado una transición anárquica en un economía que se derrumba otro 32% este año para encadenar un retroceso del 80% en su tamaño. La Ley Antibloqueo trae problemas de legitimidad y habrá dudas sobre las condiciones en las que devolverán a sus dueños empresas expropiadas. Las elecciones del 6 de diciembre no le sirven a nadie, advierte.

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Ricardo Cusanno, abogado, presidente de Fedecámaras, el gremio más importante del sector privado de Venezuela, advierte que el panorama económico del país es desalentador, con otra caída, del 32%, en la economía en 2020 y una hiperinflación cercana al 4.000%.

Sin un acuerdo político de largo plazo entre todas las partes involucradas será imposible superar la debacle de la economía, ni mejorar las condiciones sociales de millones de empobrecidos ciudadanos.

“No somos neutrales ante las condiciones del país”, dice en entrevista en video para El Estímulo. Las elecciones legislativas que organiza el chavismo para el 6 de diciembre “no le van a servir absolutamente a nadie” por falta de condiciones para sostener la institucionalidad del Poder Legislativo.

Sobre la llamada “Ley Antibloqueo”, que está a punto de aprobar el gobierno de Nicolás Maduro, señala que en principio es muy bueno que le devuelvan a quienes les fueron expoliados sus propiedades, sus tierras y empresas. “Pero, ¿en qué condiciones se las devuelven y con qué garantías jurídicas?”, se pregunta.

Esa ley en ciernes proviene de una Asamblea Constituyente “que tiene estas falencias en términos jurídicos y de legitimidad. Pero además sabemos cómo es de volátil aquí”, dijo sobre los frecuentes cambios en las decisiones de quienes ostentan los símbolos del poder.

“Sin duda es un escenario poco alentador, porque para el 2020 se espera una contracción aún más de la economía, del 32% con relación a 2019. Pero en un acumulado de siete años llega a más de 80%”, señala.

“Esto nos pone en una economía que trabajaba sobre el orden de los 320.000 millones de dólares al año, a hoy en una economía de unos 40.000 millones de dólares al año, bastante deteriorada. Hoy capacidades empresariales sobredimensionadas para el tamaño que existe, con pérdida del 60% de las empresas del sistema. Y las que quedan trabajan al 30% de su capacidad”.

En efecto, la economía venezolana, que antes de la era chavista fue la cuarta más poderosa de América latina detrás de Brasil, México y Argentina, hoy es una de las más pequeñas y débiles. De acuerdo a cifras del Banco Mundial, ya se comparada en tamaño a la de algún país centroamericano.

Cusanno señala además que en 20020 puede haber un desplome del 56% en el monto de las remesas enviadas a familiares y amigos por los venezolanos desde el exterior. En 2019 esos envíos conformaron el 12% de los ingresos de divisas al país.

“Pero el mayor drama que hay en Venezuela, en estas cifras, en cada cifra es un drama social, un drama humano. Al final todo se corelaciona con el poder de compra del ciudadano, la condición del  ciudadano está totalmente depauperada”, advierte.

Un dólar mensual

Cusanno resume el cuadro cotidiano de millones de venezolanos: con una economía paralizada, golpeada además por la crisis global y nacional acelerada por la pandemia del coronavirus, una gran pregunta es cómo hacen en Venezuela las personas para sobrevivir. Por ejemplo, jubilados y pensionados solo cuentan con ingreso formal cercano a un dólar por mes.

En el sector público, por ejemplo, el promedio de trabajo son dos días a la semana, más allá de la pandemia, por porque la gente buscaba emprender, hacer comercio para tratar de equiparar los ingresos a sus necesidades, muchos reciben bonos que les paga el gobierno como una forma de ejercer control político. Las remesas enviadas por esos casi cinco millones de venezolanos que están afuera también ayudan a satisfacer necesidades básicas.

Pero también ocurre una acelerada pérdida de patrimonio, de muchos ciudadanos tuvieron oportunidad de ahorrar en el pasado y hoy están viviendo de esas autoremesas, que es una condición finita…cuando los ahorros se acaban afuera quedan desprotegidos.

“Es una condición bastante precaria en casi todo el abanico de la población”, puntualiza Cusanno sobre las cifras de cerca del 80% de los venezolanos en los rangos de pobreza según las últimas encuestas de condiciones de vida (Encovi), hechas por las más importantes universidades de Venezuela.

Hoy día en el país hay disponibilidad general de productos diversos y marcas en los anaqueles de tiendas y supermercados comunes. También abundan los productos importados en los  atestados bodegones que han proliferado en los últimos dos años, en condiciones de competencia desleal contra los pocos equivalentes locales, porque a menudo no pagan impuestos ni tienen condiciones sanitarias certificadas.

Prospera también un mercado de lujo que en medio de las restricciones impuestas por el coronavirus tiene en las redes sociales como Instagram su principal vitrina.

“Pero el verdadero drama es el del consumo y ese no es fácil recuperarlo si no es con políticas macro dirigidas a la reactivación de la micro” economía, a la generación de empleo.

Moneda extranjera

Cusanno se refiere además a la dolarización, que se hizo más evidente tras el gran apagón nacional de 2019. Hasta entonces ya era común y soterrado, especialmente en los estados fronterizos, el uso del peso colombiano y el real brasileño, además del dólar estadounidense a lo largo y ancho del país.

“Ese apagón hizo público ese uso de divisas, y que quienes ostentan los símbolos del poder aceptaran esa realidad y no solo lo permitieran desde el punto de vista legal, porque antes era ilegal”, se unificó el dólar oficial con lo que hasta hace poco llamaban “el dólar criminal”, del mercado paralelo, que era el utilizado como referencia en la formación de precios de toda la economía.

Eso hizo además que las remesas comenzaran a ser transfronterizas, que ingresaran directamente a Venezuela por la vía de los canales formales y tradicionales, observa.

El fenómeno de la dolarización se empieza a dar y la gente, hasta los plomeros, empiezan a cobrar en divisas.

“Hay un poco más de acceso, pero eso es una realidad que esos bodegones son para una pequeña parte de la población. Es escandaloso, son burbujas en medio de un drama nación”.

En los 19 años anteriores, recapitula, las políticas públicas se fundamentaron en dos grandes boom petroleros (provocados por altos precios históricos del barril) que, en detrimento de la producción nacional, favorecieron la importación masiva de productos.

Pero cuando se deteriora la gallinita de los huevos de oro, que es la estatal Petróleos de Venezuela te encuentras con que también tenías deteriorado el aparato productivo local, acota.

“No podemos olvidar que no es solo la perdida de la empresas, el rezago tecnológico, la pérdida de talento humano. No podemos menospreciar el deterioro de los servicios públicos: Venezuela tiene varios años en el interior del país donde sufren 10 y 12 horas diarias de falta de electricidad, en zonas importantísimas como el estado Zulia, Margarita, Bolívar”.

Zulia era el principal polo petrolero de Venezuela y el principal granero agropecuario, la isla de Margarita el principal centro turístico y Bolívar la sede de grandes industrias básicas pesadas, donde además está la represa del Guri, que proporcionaba el 75% de la electricidad consumida por toda Venezuela.

En medio de este drama social generalizado, “la gente tiene menos tiempo y voluntad de pensar en cambios cuando tiene que pensar como levantar ingresos a ver si puede comer”.

“Todas estas son dimensiones de problemas estructurales que se han venido profundizando por más 19 años de políticas públicas contra la producción nacional”.

¿Cómo se recupera eso?

“Primero diseñando el que país queremos entre todos: ¿volvemos al estado rentista con el papa estado controlador? ¿O es una oportunidad de apalancamiento de la economía para su  diversificación y redimensionamiento de un Estado que sea promotor, generador de incentivos, un diseñador de marcos legales que permitan la sana competitividad y sano desarrollo? ¿O queremos seguir con un estado que sea controlador, vendedor de paradas, aerolíneas y petróleo?”, se pregunta.

“Lo primero que tenemos que tener es un acuerdo nacional con visión país, de prospectivas, un país con un carácter inclusivo es importantísimo”.

Señala la paradoja de que los militares y comunistas, que en el pasado se sintieron incluidos en el Pacto de Punto Fijo (de los tres principales partidos políticos de la era democrática que se alternaron en el poder durante 40 años llegaron al poder en una sola persona (Hugo Chávez) y terminaron excluyendo al resto.

“Los militares son una realidad en la cotidianidad de la sociedad civil… Es una nueva realidad y vas a tener que ver como lo insertas en ese nuevo acuerdo político que sea beneficioso para todos….. Las soluciones son de poco aliento de corto plazo y en Venezuela la crisis es tan profunda que necesitas prospectivas, pensar en un país en el 2050”….

Un país que se diseña y vamos a tener que incluir a una sociedad completa. Es inviable que no sea así..y después de quitarnos esas rémoras de izquierda o derecha y más bien ser rápidos o lentos en la toma de decisiones en un país que sea vivible.

“El problema venezolano de como rescatar la industria pasa por algo más complejo que es rescatar la nación”, y esto se logra “con acuerdos políticos inclusivos donde la justicia exista no para mancillar ni vejar al ciudadano pero tampoco para la venganza”, afirma.

Pone el ejemplo de Países Bajos, Holanda, que con un territorio equivalente a apenas el cinco por ciento del de Venezuela, es uno de los mayores exportadores mundiales de alimentos.

En Venezuela, con un cambio de pensamiento, de innovación, de sistema, “en tres años somos autosuficientes en muchos sectores y en cinco años podemos estar exportando 225.000 millones en productos terminados…con eso más el petróleo en cinco, diez años nos convertimos en una realidad de progreso y bienestar de carácter transversal, con acuerdos políticos inclusivos, donde la justicia exista no para mancillar, vejar al ciudadano, pero tampoco para la venganza”.

Las elecciones

“No somos neutrales ante la condiciones del país, constitucionalmente son unas elecciones que están escritas y tiene hasta fecha, que algunos jurídicamente se hacen valer de eso para la obligatoriedad de las mismas. Nuestra posición es libertad de conciencia porque en Fedecámaras no somos de régimen autoritario. Que cada quien haga lo que considere que debe hacer y lo motive a hacerlo…. Como ciudadano vas y lo haces”, dice.

Esas elecciones legislativas del 6 de diciembre no son reconocidas por algunos países, especialmente por las democracias de Europa y América, porque excluyen a partidos opositores cuyas estructuras y símbolos fueron decomisados por el régimen de Maduro para dárselos a sus adeptos. Además, no hay condiciones para unos comicios libres y competitivos.

Sin dinero propio ni prestado

“Venezuela ha perdido cien años, hemos retrocedido un siglo”, dice al señalar que por ejemplo toda la capacidad financiera de Venezuela en la cartera de crédito de toda la banca pública y privada junta no llega a 150 millones de dólares.

“Eso es equivalente a la capacidad de financiera de una sola agencia de banco en la Gran Vía de Madrid, o en Miami, Florida ¡de una sola agencia!”, ilustra.

¿Cómo funciona un país sin que exista un sistema de crédito?

“Es imposible, sencillamente es inviable. Sin crédito, el sistema productivo se ve severamente afectado, posiblemente sea una de las primeras necesidades. A eso súmale la perdida de consumo del ciudadano y después vayamos a la condición humana…”, dice.

En Venezuela no existen las tarjetas de crédito para financiar el consumo personal, no hay créditos para financiar los ciclos de siembra del sector agropecuario, mucho menos para la compra de bienes duraderos como automóviles, apartamentos y casas, maquinarias y equipos o electrodomésticos.

“No es solo el sistema productivo, es la movilidad social”, dice al señalar que sin un sistema de crédito como herramienta es inviable tener una nación que funcione y ofrezca oportunidades a la ciudadanía en torno a sus capacidades y ambiciones para que haya ciudadanos de éxito.

“La esperanza de que tenemos como nación es que Venezuela pueda dar un giro de 180 grados hacia un país donde se respeten los preceptos constitucionales, tan básicos como el derecho a la vida, a la salud, educación, a la propiedad privada, libre iniciativa y el derecho a elegir. Pareciera que la política de quienes han ostentado los símbolos del poder en los últimos 20 años no está abocada a dar esa posibilidad…», afirma.

Venezuela tiene severamente comprometida la institucionalidad de la República, dice al citar las altas cifras que hablan de un 70 por ciento de  niños con visos de desnutrición y entre 10 y 12 por ciento de desnutrición severa.

Ayuda humanitaria contra la desnutrición en Venezuela/ ONU

CARACAS (VENEZUELA), 20/02/2020.- Ciudadanos esperan el pasado 13 de febrero a personal de Cáritas Venezuela durante una jornada de asistencia humanitaria, en Caracas (Venezuela). Ariadna se ha recuperado de la desnutrición severa con la que nació en Venezuela hace menos de un año. Una gran noticia para su madre -Diana-, opacada por el temor a que su sexto hijo, al que parirá en cuatro meses, nazca con el mismo problema, debido a la mala y escasa alimentación durante su embarazo. La mujer, de 32 años, es una de los siete millones de personas que según la Organización de Naciones Unidas (ONU) requieren asistencia humanitaria urgente en el país petrolero. Diana también forma parte de los casi tres millones de ciudadanos que en el último año recibieron algún tipo de ayuda. Foto: EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ“La desnutrición infantil quiere decir que no es el drama de un niño hoy, una carga para un estado en 20 años…para un niño que no podrá desarrollar habilidades y solo sirva para empleos muy básicos. El problema no es solo institucional”.

Los actores que circunstancialmente están contestan el teléfono en los espacios públicos no tienen credibilidad nacional ni internacional, son actores que pueden tener capacidad de maniobra para cosas puntuales, pero no para el gran mejoramiento de la nación”, advierte.

“Tienen arraigado el poder, con estructuras que les permiten soportarse. Pero este un país que se hace inviable para todos los ciudadanos, no solo para nosotros, también para ellos mismos”.

De adentro hacia afuera

Por eso postula la necesidad de un cambio interno en la visión de Estado.

“Sea como sea lo tienes que lograr de dos formas para que sea sustentable en el tiempo: con un acuerdo político integral y con unas elecciones”, dice al observar que indefectiblemente lo segundo pasa por lo primero, “porque cualquier otra forma de cambio lo que nos puede generar es una gran inestabilidad, porque el 85 por ciento según las últimas encuestas te dicen que quieren un cambio de país”.

“La sociedad venezolana no está polarizada entre chavistas y no chavistas, lo que tiene son unos extremistas chavistas y no chavistas, que son la minoría, y una mayoría silente donde hacen vida desde los comunistas hasta el más liberal que dicen: ‘señores, este país así no camina, sin libertades plenas en lo político, económico y social no nos lleva a ningún buen puerto, un buen fin’…más allá de que los países no tiene fondo ni fin”.

Votar y elegir

Sobre las elecciones del 6 de diciembre, en las que el chavismo se apresta a sustituir formalmente la actual Asamblea Nacional (congreso) , advierte que “no le sirven a nadie”.

Además de condiciones electorales debe haber condiciones post electorales para que el parlamento pueda sostener la institucionalidad como casa de las leyes y la discusión política donde puedan hacer vida todas las corrientes, considera.

“Tiene que haber condiciones post electorales para que no se usen las otras instituciones del Estado para mancillar y deteriorar la legitimidad de una posible nueva Asamblea Nacional

“Si se hicieran en el marco de unas condiciones óptimas, de transparencia, sin duda alguna que podrían ser una esperanza de construcción de soluciones porque los poderes legislativos en el mundo son las herramientas naturales, los espacios naturales de discusión política, de acuerdos, de política de altura…», comenta.

“Estas elecciones no le sirven a nadie en estas condiciones porque no dan la oportunidad de verdaderamente elegir y sobre todo de ser elegido. Venezuela ha tenido la judicialización de los partidos políticos…si se devolvieran los partidos y a los actores políticos se les permitiera competir en buena lid podría haber una oportunidad, un espacio de soluciones a favor de toda la nación y no de una parcialidad política que no importa si es de derecha o de izquierda”.

“Los ciudadanos en Venezuela no queremos ser China, Zimbabue mucho menos Cuba o Somalia. Tampoco queremos igualarnos a un país europeo o Estados Unidos, queremos construir nuestra propia democracia, con nuestros valores venezolanos”, agrega.

Ley Antibloqueo

Ahora el gobierno de Maduro sale con una ley Antibloqueo que evoca el nacionalismo en su narrativa.

Pero esa ley viene de una Asamblea Constituyente que a su vez fue creada en unas condiciones de profunda falta de legitimidad jurídica y no es reconocida dentro ni fuera de Venezuela más que por el propio chavismo, recuerda Cusanno.

Esa constituyente se creó para una propuesta de reforma de la constitución y terminó legislando a favor de una parcialidad política para terminar desplazando, suplantando un parlamento electo en 2015.

«Como principio de entrada es muy bueno que le devuelvan a quienes les fueron expoliadas sus propiedades, sus tierras, empresas. “Pero en qué condiciones se las devuelven y con qué garantías jurídicas, cómo recurres al crédito?” se pregunta.

“Te entregan una empresa que la destruyeron y le tienes que meter dinero, adecuarla, reconstruir y modernizar, pero ¿de donde sacas el crédito?. La confianza y la credibilidad internacional está disminuida”.

«Después tienes un marco de sanciones externas que si bien es cierto hay unas individuales y unas generales que no afectan al sector privado, tienes un sobrecumplimiento de las funciones, de las sanciones. A todos los venezolanos nos ven como veían a todos los musulmanes después del 11 de septiembre de 2001. ¡No! fueron dos que estrellaron un avión y el resto es gente decente …como puede serlo cualquier venezolano”, dice sobre las medidas aplicadas por Estados Unidos contra la alta cúpula del chavismo y Pdvsa.

«Tiene facetas esa ley, de donde emana, su legitimidad, su razón de ser, el porqué de las sanciones…Las sanciones vienen como consecuencia de una conducta de 20 años, hay que cambiar la conducta. Y afuera hay que entender que las sanciones externas no cambian gobiernos. Pueden servir para una presión temporal pero se convierten en un fin en sí mismo y ese fin termina sucediendo que en la lucha de los elefantes es la grama la que sufre, y esa grama es la sociedad de a pie, el empresario, el deportista el emprendedor, el pensionado”, dice.

La gran pregunta es si en el sector empresarial privado habrá alguien dispuesto a trabajar con el chavismo.

“Te enfrentas a la gran disyuntiva, aceptar o no. Y a la gran encrucijada moral”, dice.

Decisiones

Primero eso pasa por la voluntad de un empresario, si asume o reasume la gestión de un centro de producción de este tipo. Segundo, está la capacidad cierta y real de reactivarla; «después, el dilema existencial de que si no lo asumes tú que conoces el negocio, tienes experticia y voluntad lo va a asumir otro que lo único que tiene es una conexión con el liderazgo político que los asigna a dedo, a alguien que no tiene la experticia y que posiblemente no va a hacer bien el trabajo», dice.

“Claro estoy convencido de que aquí hay muchísimos empresarios que quisieran recuperar sus propiedades que posiblemente lo van a aceptar, otros que van a arriesgar su trayectoria y nombre con tal de poder reactivar esas empresas y serles útiles al país antes de que llegue alguien que lo único que tiene es muchas amistades en el gobierno.

«Esto va a generar mucha polémica…porque Venezuela está muy radical en términos de la visión y opinión pública y con razón…eso está muy ligado a la cicatriz que llevas encima o la herida que aun sangra”.

Uno de los artículos de la Ley que se apresta a imponer el chavismo dice que incorpora al “sector privado nacional e internacional en el desarrollo de la economía nacional”.

“Cuando dichas medidas impliquen la gestión u operación de activos se encuentren bajo administración del Estado venezolano como consecuencia de alguna medida administrativa o judicial restrictiva de alguno de los elementos de la propiedad, se respetarán los derechos de quien demuestre ser su legítimo propietario conforme a la legislación vigente, procurando priorizar su participación en la respectiva alianza o a través de acuerdos con el Estado para la restitución de sus activos”, dice  un artículo del borrador.

Gente honesta

Pero en medio de la crisis venezolana y la parálisis de la economía también hay emprendimientos honestos y bien hechos, de gente que sigue adaptándose, buscando oportunidades e invirtiendo.

“En Venezuela lamentablemente el éxito en la mayoría de los casos se condena vinculándolo a una posición política. Pero así como hay un drama aquí también hay cosas espectaculares, pasando por plataformas de pago que hoy son importantes empresas que pueden convertirse en unicornios (…) hay muchísimos empresarios hoy en Venezuela están haciendo economía real, construyendo aun a pesar de las realidades legales y políticas…”.

Hay empresarios que han  logrado créditos afuera, casos de quienes están invirtiendo en maquinaria porque han decidido no irse porque tienen una inversión sembrada en el país que no pueden sencillamente vender….Están buscando la vuelta a ver como los proveedores vuelven a  confiar en ellos.

“Es una economía real, con una voluntad férrea de los empresarios y de instituciones de seguir buscando espacios, de manera independiente y autónoma, sin ser neutral acerca de quién es el culpable y sin ser indolente acerca de la realidad… en pro de la generación de riqueza…», agrega.

“Es lo mejor que le puede pasar a una sociedad si lo puedes distribuir a través de empleo sustentable bien remunerado y con crecimiento de la producción, que empodere al ciudadano e su condición de consumidor y su independencia ciudadana”, dice.

20 años son muchos años

“Quizá con muchos atavismos ideológicos y mas por condición que por convicción, porque en 20 años algo aprendes de ejercicio del poder. Pero posiblemente la transición económica con todas sus carencias de institucionalidad y de posibilidad de insertarte en los mercados financieros internacionales, ha comenzado», añade.

«El problema es cuanto tiempo puede durar, de manera anárquica y sobre todo de esa forma, poco estructurada…cuanto pueden ser beneficiosos en el tiempo para el bienestar de la calidad de vida de esas personas…”

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