En el foro Conflictos laborales en Venezuela organizado por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, Rodrigo Penso, coordinador nacional del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess), denunció que la resolución de casos laborales se da en los cuarteles.
¿Cuál es la intimidación? ¿Cómo se puede negociar en un cuartel con un hombre armado?, dijo el representante colocando como ejemplo a Guayana. Orlando Chirino, dirigente del la Corriente clasista, unitaria, revolucionaria y autónoma (C cura) puso el caso de la contratación colectiva de Sidor, «lograda» en septiembre, y que firmaron sólo dos dirigentes con presión de militares y no ha sido homologado en asamblea por los trabajadores.
Penso señaló que el sindicalismo se niega a coexistir con el militarismo. «No nos gusta el militarismo», puntualizó.
El representante afirmó que el movimiento sindical fue confiscado cuando se instauró el estatismo salvaje. Recuerda que siempre se opuso al capitalismo salvaje, lo cual es comparable al estatismo salvaje del gobierno «y en ambos casos conducen a una crisis profunda como esta».
«Desde el Estado se aupó el paralelismo sindical. Existen 7 centrales. Hemos comenzado, a lo mejor muy tarde, una unidad de acción, con sus carencias y diferencias, pero lo estamos haciendo», dijo Penso.
El sindicalismo vive un drama evidenciado en la dispersión y el paralelismo. Hay 3 o 4 sindicatos en Guayana y 11 en el sector de la construcción, desde donde comenzó la descomposición, dice.
La dispersión significa debilidad y una limitada capacidad de respuesta, sostuvo. Por tal razón habla de refundar el movimiento con un programa de los trabajadores que dé respuesta al deterioro y precariedad de la situación de sus representados.
Cita a la corrupción como un elemento que ha socavado el sindicalismo. «La corrupción no es nueva, pero la que había antes se queda en pañales en comparación con lo que hay hoy. El hampa penetró sectores del sindicalismo. Si no es así, ¿cómo se explica el sicariato?», señaló.
Hay dirigentes de sindicatos que tienen inversiones fuera del país, reveló Penso para añadir que el sindicalismo no es para hacer negocio.
Reiteró la necesidad de refundar el movimiento sobre nuevas bases programáticas y éticas. Para ello destaca que el sector recuperesu autonomía. «Es inaceptable el sindicalismo estatal. El sindicalismo no puede sustituir al partido ni viceversa», dijo
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José Luis Zabala, asociado al expolio de Pdvsa en plena era chavista, gastó 4 millones de euros solo en artículos de lujo, especialmente relojes y joyas, hoteles y obras de arte
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