Entrevista

Cristián Puig en la USB: un legado de buen hacer

El profesor Cristián Puig perteneció al equipo rectoral de la Universidad Simón Bolívar durante 15 años. En esta entrevista explica las razones de su reciente renuncia y ofrece su visión sobre la situación de la academia en el país

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cristian puig
Foto |cortesía

Hoy tengo de nuevo el honor de entrevistar al profesor Cristián Puig, quien recientemente renunció a su cargo como secretario del equipo rectoral de la Universidad Simón Bolívar. Con una trayectoria académica y profesional destacadísima, Puig ha sido una figura clave en la gestión de la universidad durante los últimos quince años.

En esta entrevista, nos habla sobre su visión del futuro de la institución, la situación actual de la educación en el país y los desafíos a los que se enfrentan los profesionales de la enseñanza en tiempos tan complicados. Y en particular, reflexiona sobre los desafíos que enfrenta la educación superior en la actualidad y las trabas burocráticas que han impedido que en casi cuatro periodos de autoridad rectoral no se hayan celebrado elecciones.

La enorme mayoría de los miembros de la comunidad universitaria han recibido con profunda tristeza la noticia de su renuncia a la universidad a la que ha dedicado su vida profesional. Su compromiso y dedicación a la institución han dejado una huella imborrable en todos ellos. Ha recibido entrañables mensajes donde le agradecen su arduo trabajo, su pasión por la enseñanza y por ser un pilar fundamental en el cuerpo rectoral de la universidad.

Cristián Puig
Universidad Simón Bolívar, 54 años de trayectoria. Foto archivo

La difícil situación por la que atraviesa la educación en Venezuela ha sido un factor determinante en su decisión. En esta entrevista conoceremos los motivos que lo llevaron a tomar esta decisión.

– ¿Por qué renunció a la USB?

– Son un conjunto de razones que me llevaron a renunciar al cargo de secretario de la USB. No se vislumbraba que en el corto plazo se fuesen a realizar elecciones en la USB. Transcurre el decimoquinto año de gestión desde que fui electo y juramentado, siendo el lapso estatutario para estos cargos de cuatro años. En julio iniciaba mi decimosexto año en el cargo que al completarse hubiera correspondido a cuatro períodos de autoridad rectoral.

La renovación por procesos electorales en los cargos de Autoridad Rectoral de la USB estuvo suspendida por el Tribunal Supremo de Justicia desde el 2013 hasta el 2019, primero por la Sala Electoral y luego por la Sala Constitucional. Correspondió entonces atendiendo el principio de continuidad administrativa permanecer en el cargo. Desde el 2019 el Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional dicta sentencias en las que indica a las universidades que deben convocar a elecciones. En la Universidad Simón Bolívar, el consejo directivo desde el año 2021 no acuerda nuevas decisiones que permitan avanzar en este tema. En otras universidades, sin embargo, los procesos electorales han avanzado, incluso en la Universidad Central de Venezuela se completó el año pasado.

Otra razón, como lo indica el Informe de la Comisión Especial de la Asamblea Nacional para el Sector Universitario de marzo de 2016, es la que refiere a la situación de desgaste de las autoridades electas que han debido permanecer en sus cargos debilitando la gestión. Se requiere un profesor que pueda desempeñar el cargo de secretario con nuevas ideas para enfrentar los grandes retos que se presentan, dada la situación universitaria compleja, para dar continuidad al funcionamiento de la Universidad. Desde el inicio de la gestión me planteé entregar el cargo al profesor que fuera electo. Lamentablemente no va a poder ser así.

Formo parte del Consejo Directivo de la USB desde hace 18 años, primero como director de división y luego como secretario, lo que me ha llevado a concebir la gestión universitaria de una manera. Como secretario tuve la oportunidad de compartir con el profesor Enrique Planchart como rector, en la que hubo coincidencia en una visión de cómo debía gestionarse la universidad. En los últimos dos años y medio la gestión universitaria difiere a la realizada en años previos.

Cristián Puig
Cristián Puig. Foto cortesía

– En abril de 2022, usted y yo conversamos y en aquella oportunidad usted fue rotundo: “La USB es mucho más que sus autoridades”. ¿Sigue pensando lo mismo?

– Sí, así lo sigo pensando. Si la Universidad, a pesar de las grandes dificultades que atraviesa, situación tal vez única en el mundo, aún encuentra espacios para continuar siendo una referencia por su actividad académica, es porque hay estudiantes brillantes, profesores que se dedican a sus actividades académicas con empeño, personal administrativo y obrero que se dedican con mística a sus responsabilidades, contando con el apoyo de egresados y aliados, lo que significa que la USB es mucho más que sus autoridades.

– Yo estoy convencida de que el régimen tiene como meta acabar con las instituciones educativas del país porque es más fácil sojuzgar a un pueblo ignorante que a un pueblo ilustrado. ¿Está de acuerdo? ¿Por qué sí o por qué no?

– Entiendo que existan sectores en el país que estén convencidos que eso sea así. En el caso de la educación universitaria, en mi tiempo como secretario, lo que observo es improvisación, desorden y populismo en un contexto político, económico y social muy complicado.

En el período 2009-2024, han sido designados 12 ministros responsables de la cartera de educación universitaria; en el término de tres años (2014-2017) el Ministerio para Educación Universitaria pasó a fusionarse con el de Ciencia y Tecnología para luego volver a separarse; el tema de los bajos salarios del personal es un obstáculo para el buen funcionamiento del sector de educación, en un reciente comunicado del Consejo Universitario de la UCV se exhorta al Gobierno Nacional a dignificarlo, así como debe ocurrir con las becas universitarias; se han creado nuevas instituciones de educación universitaria, pero la preferencia de los estudiantes siguen siendo las tradicionales; el Consejo Nacional de Universidades eliminó las pruebas de ingreso a las universidades y desarrolló un sistema nacional de ingreso, sin embargo, en este año en la USB solo formalizaron su inscripción un porcentaje minoritario de los aspirantes asignados; recursos que son asignados en el presupuesto de la universidad para gastos de funcionamiento y que son insuficientes para atender las necesidades son traspasados para atender gastos de personal siendo aún más insuficientes.

Se requiere un cambio en las políticas educativas del país para que el sector universitario nacional pueda desarrollar todo su potencial.

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– ¿Qué queda de la universidad que concibieron y construyeron Eloy Lares Martínez, Ernesto Mayz Vallenilla, Antonio José Villegas, Marcelo Guillén, Freddy Malpica, Pedro María Aso, y más recientemente Benjamín Scharifker y Enrique Planchart, con quien usted trabajó codo a codo?

– Queda una trayectoria de excelencia, alcanzando una posición que la hizo ser referente a nivel nacional e internacional, y que aún lo continúa siendo a pesar de las dificultades. Queda una mística de trabajo en su personal, en sus estudiantes que se identifican con la excelencia académica, así como los profesores, sus reglamentos internos y procedimientos que surgieron de la discusión libre y un sistema matricial de funcionamiento que ha dado tan buenos resultados. Quedan más de 47000 egresados a lo largo de los 54 años de vida académica de la institución con trayectorias ampliamente destacadas.

Panorámica de la USB. Foto Archivo

– Me da la impresión de que la academia en la USB es indiferente a apoyar los cambios necesarios para el rescate de la universidad. ¿Es así?

La situación que atraviesa la USB es muy compleja, hay un contexto nacional en el que la universidad se encuentra inmersa y de la que no escapa. Los distintos sectores que hacen vida en la universidad deben encontrar los espacios y los medios para reunirse y concertar acciones que permitan realizar los cambios tan necesarios.

– Usted se va y deja detrás de sí una estela de dignidad y buen hacer. ¿Un último mensaje a los profesores, estudiantes y egresados de la USB?

Mi mensaje sería el siguiente: como lo digo en mi carta de renuncia, es importante que se concrete el proceso electoral de renovación de autoridades rectorales en el más breve plazo, que permita restablecer la continuidad de la institucionalidad, contar con un liderazgo reconocido y una comunidad unida para que en la Universidad se puedan llevar a cabo los procesos de transformación necesarios para fortalecerla. No debe haber dudas, en ningún miembro de la comunidad universitaria, que la USB ha mantenido un compromiso con la sociedad y el desarrollo del país.

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