Javier Iglesias es protagonista de un debate en España debido a su pasado con el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota, FRAP. Su hijo Pablo habla de acciones legales contra la diputada Cayetana Álvarez de Toledo
El pasado es un tatuaje que llevan todas las personas. Es indeleble y, de vez en cuando, se muestra para recordar lo que algunos lucen con orgullo y que otros preferirían borrar. Esta vez, el que resurge es el pasado del padre de Pablo Iglesias, Javier, quien perteneció al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP).
No es que el vicepresidente de España haya ocultado el pasado de su padre. Nunca lo ha hecho. Pero tampoco es que lo repita todos los días. Ahora a la diputada del Grupo Parlamentario Popular Cayetana Álvarez de Toledo, le dio por recordar las andanzas de Javier Iglesias y se desató un fuerte debate en redes sociales. Que si lo llamó terrorista, que si fue o no terrorista, que si le sale demanda por injuria. Algunos lo defienden. Otros lo rechazan y buscan los reflejos de ese pasado en el actual accionar de Pablo Iglesias, como si fuera un labio leporino invisible, algo que no se puede dejar de heredar.
El vicepresidente reaccionó indignado e insinuó que «animará a su padre» a demandar a Álvarez de Toledo, a quien se refiere como marquesa, pero con el tono despectivo de aquellos que hacen de la palabra oligarca un insulto político y, también, una cortina de humo para lo que ellos mismos hacen.
Hoy la marquesa Cayetana Álvarez de Toledo ha cometido un delito en el Congreso llamando terrorista a mi padre. Sus privilegios aristocráticos le hacen creerse impune. Hermann Tertsch ya fue condenado por lo mismo. Animaré a mi padre a que ejerza las acciones correspondientes. pic.twitter.com/BFVm5btaVq
— Pablo Iglesias 🔻 (@PabloIglesias) May 27, 2020
El FRAP es considerado por algunos como un órgano terrorista de la España franquista. Actuó entre 1970 y 1977 (un año antes que naciera Pablo Iglesias). Se le imputan al menos 5 muertes. La abogada Carmen Ladrón de Guevara, muy activa en la discusión, los enumeró.
Los muertos fueron Juan Antonio Fernández Gutiérrez, el 1 de mayo de 1973 en Madrid, subinspector del Cuerpo General de Policía; Manuel Pedregal Manzano, el 1 de mayo de 1973, en Madrid, subinspector del Cuerpo General de Policía; Lucio Rodríguez Martín, 14 de julio de 1975. Madrid, de la Policía Armada; Antonio Pose Rodríguez, 16 de agosto de 1975, Madrid, teniente de la Guardia Civil de Tráfico y Juan Ruiz Muñoz, 14 de septiembre de 1975, Barcelona. de la Policía Armada.
Además, Ladrón de Guevara compartió el testimonio de Justo Pozo, un policía que sufrió un ataque de FRAP que le costó una incapacidad de por vida.
En el debate, los defensores de Iglesias, padre e hijo, cuestionan que se denomine terrorista a un grupo contra una dictadura (la de Francisco Franco). Los más osados hasta edulcoran las muertes, porque eran policías de la dictadura. También increpan a Cayetana Álvarez de Toledo porque no existe sentencia alguna contra el padre de Pablo Iglesias.
En algo más que un libro es una saga pues contiene seis volúmenes, Del FRAP a Podemos: Crónica de medio siglo. Un viaje con Ricardo Acero y sus compañeros, el periodista José Catalán Deus traza esa línea del tiempo entre ambos Iglesias, Javier y Pablo.
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