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Sinsajo 2: el peso de una heroína

En su primer fin de semana, Sinsajo 2 alcanzó una recaudación de 101 millones de dólares en Estados Unidos y encabeza el Top 5 de las películas más vistas en Venezuela por estos días.

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Luego de la manipulación mediática, de la propaganda y del hastío de un pueblo, que se venía cultivando en las primeras tres películas, la resistencia inicia el fin de Capitolio

Que la imagen de la resistencia sea una mujer es una diferencia que sin duda atrajo la atención, la emoción y el corazón de una buena parte de quienes siguieron la saga de Los Juegos del Hambre, tanto en las páginas, como en la gran pantalla. Durante estos cuatro años, y estas cuatro películas, Katniss pasó de ser una adolescente de fuerte carácter a convertirse en una heroína de ficción, que empoderó a un público y lo llenó de simbolismos en la realidad.

La carrera de Jennifer Lawrence ha despegado a la par que la fortaleza de Katniss. Los numerosos cuestionamientos morales de la historia hacen que, toda la saga, no sea el tradicional cuento de la niña que va superando obstáculos éticamente de la mano de un príncipe azul. Inspiradora, esa es la palabra. Katniss se divide entre dos amores, y sin embargo nunca llegan a ser más importantes que ella. A veces un beso furtivo aparece para recordarnos que la trama intenta –suele quedarse en “intenta”- tocar una fibra romántica. Esto la hace más interesante.

Katniss se escapa entonces de cualquier estereotipo. Sus únicos momentos “femeninos”, de vestido y maquillaje, de debilidad amorosa, forman parte de un parapeto mediático. En esta segunda parte de Sinsajo, la última parte de la historia, se le ve ya consagrada como una guerrera de la resistencia en Panem, una heroína de arco y flecha, una líder que siente parte de la masa, vestida en tonos sobrios y con un objetivo poco común al convencional de Hollywood para las chicas de su edad.

Caso contrario a la figura de Lawrence, que se ha convertido en la actriz mejor pagada y más popular de Hollywood, es el de sus co-protagonista. Los papeles de Josh Hutcherson (Peeta) y Liam Hemsworth (Gale) no roban mayor emoción, exceptuando unos pocos momentos del primero, en la primera película. Tampoco se les ha visto inundando las carteleras o llevándose la atención en las alfombras rojas.

A pesar de que la autora ha asegurado que su inspiración se basó en la historia de Teseo y el Minotauro, en los reality shows y en la guerra de Irak, durante toda la saga vimos comparaciones que podrían interesarles a quienes encontraron algo trascendente y digno de analizar, pero que se quedaron en la historia de Suzanne Collins. Battle Royale y Rollerball son nombres de películas con las que rápidamente se encuentran similitudes en la trama. Pero, más allá de estas distopías, esta última entrega viene llena de confrontación, como si con las partes anteriores el agua hubiese empezado a calentarse, hasta que hierve y se rebalsa de la olla. Esta es básicamente, una película de guerra, física, emocional y hasta espiritual.

En su primer fin de semana, Sinsajo 2 alcanzó una recaudación de 101 millones de dólares en Estados Unidos y encabeza el Top 5 de las películas más vistas en Venezuela por estos días. Ha sido la cifra más baja para una de las partes de la saga. Dividir la última parte en dos, puede no haber sido la mejor decisión narrativa que, el director, Francis Lawrence ha podido tomar. El enfrentamiento entre los Distritos y el Capitolio llega en medio de una actualidad al borde de la guerra. Si bien esto, más el mercadeo que rodea a la figura de Katniss y el año de espera entre cada entrega, puede haber sido un caldo de cultivo para el éxito, parece haberle jugado en contra a la franquicia.

Aun así, la simbología de Los Juegos del Hambre no deja de representar la aspiración contestataria de ciertos públicos, ante regímenes totalitarios, como el que en la ficción encabeza el Presidente Snow, nuevamente magistralmente interpretado por Donald Sutherland, quien es capaz de condenar un pueblo entero con una sonrisa en el rostro y la elegancia de una élite bien acomodada. Sin duda, un villano de armas tomar, pero nuevamente escapándose de las convencionalidades, de cuello blanco y sofisticación.

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