El Nuncio Apostólico en Venezuela, monseñor Aldo Giordano, manifestó tener esperanzas que la mesa de diálogo arroje resultados concretos antes del 11 de noviembre, la fecha tope dada por la oposición al Gobierno.
Mientras el gobierno nacional, a través de sus partidarios del Partido Socialista de Venezuela (PSUV), y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se sentaron en una mesa de negociación, cada uno señalando a El Vaticano como auspiciante, la sociedad venezolana sigue buscando la manera de cubrir sus necesidades básicas: comida, medicina, el pago del transporte diario, lidiar con la delincuencia y rezar a Dios que al final del día estén vivos y en casa. Es en este punto donde debemos destacar que, los tiempos de esa especie de cónclave político va a un ritmo distinto al de la gente en la calle.
"Si fracasa el diálogo nacional entre el gobierno venezolano y la oposición, no es el papa sino el pueblo de Venezuela el que va a perder, porque el camino podría ser el de la sangre", expresó Monseñor Claudio Maria Celli, enviado del Vaticano a mediar en el diálogo entre el Gobierno y la oposición.
El enviado por el papa Francisco tiene la misión de acercar (y mantener) en una misma mesa a dos bandos que lucen irreconciliables en un país donde los gritos parecen someter a la razón.