Huir para vivir: el drama de los ucranianos que peregrinan por la guerra (Fotos)
Cambiar el hogar por una colchoneta en un gimnasio, caminar cientos de kilómetros bajo la nieve y entre ruinas, o esperar en un país ajeno a que un tercero decida tu destino son los dramas a los que millares de ucranianos se enfrentan en estos últimos días
Los ucranianos han vivido a la sombra de la guerra, con una joven independencia siempre amenazada. Sin embargo, la reciente invasión rusa a su país, exhibiendo un poderío bélico de proporciones enormes, las explosiones a estructuras civiles y los miles de muertos, incluyendo niños, ha provocado que deban huir para preservar su propia vida.
Aquellos ucranianos que no tomaron las armas, es decir, niños, personas mayores y algunas mujeres que ejercen, sobre todo, de cuidadoras de los más débiles, se han refugiado en países vecinos que los alojan en grandes campamentos. Pero el camino es largo, tortuoso, muchas veces a pie y escudándose de posibles bombas, que muchas veces se oyen a lo lejos.
Muchos huyen con sus mascotas y, como siempre, la alegría que dan suele lograr el milagro de arrancar sonrisas aún en los caminos y los lugares más difíciles.
Cambiar la comodidad de un hogar, la rutina del trabajo y la escuela, el vecindario que conoces, la tienda a la que siempre vas, por una colchoneta en un gimnasio que se comparte con cientos de personas, es un sacrificio necesario para salvar la vida.
Esta semana estaba previsto el trasplante de médula de Leonid Shapoval, de 5 años, pero la invasión rusa cambió trágicamente los planes. Tras un complicado periplo, sus padres lograron llevarlo hasta la casa de una tía abuela, en el norte de Irlanda. Esperan que allí lo ayuden a superar el cáncer
Georgia se ha convertido en un triste refugio para aquellos que, viviendo en Rusia, no están de acuerdo con Vladimir Putin. "No queremos terminar en la cárcel", explica uno de los exiliados. Pero a los georgianos no les gusta del todo y están pidiendo que les exijan visa
Iván Kuliek, compitió y subió al podio con una zeta hecha de teipe blanco en el pecho, igual a la que llevan los camiones y tanques rusos en Ucrania y que se ha convertido en signo de apoyo a la invasión. La Federación Internacional anunció, después del escándalo por la provocación, que investigaría al atleta