El programa Nutriendo la prosperidad, del Dividendo Voluntario para la Comunidad, fue creado para atender necesidades alimenticias de niños y maestros de 12 escuelas de escasos recursos.
Cada día, cuando hay clases, 1700 niños y maestros de estas escuelas reciben almuerzos y meriendas. El aliado del Dividendo Voluntario para la Comunidad en esta labor es la empresa Cargill de Venezuela.
Ahora, en cuarentena por el coronavirus, la comida se sigue distribuyendo. Idearon un sistema para que la comida se reparta en los colegios, de manera que los padres de los niños puedan buscarla.
Las 12 escuelas beneficiadas con el programa del Dividendo Voluntario para la Comunidad están ubicadas en Catia en el oeste de Caracas, Catia La Mar en el lado oeste de La Guaira y Maracaibo, capital del occidental estado Zulia.
Los padres de los niños son los encargados de preparar las comidas dentro de instalaciones dispuestas para ello en la propia institución educativa.
El programa se lleva a cabo con especialistas en nutrición que se encargan de llevar el control en talla y aseo de los niños. Estos mismos profesionales son quienes diseñaron el menú.
En cuarentena dan más
«Cuando comenzó la cuarentena, nos planteamos cómo llevar adelante el programa. Sabemos que muchos de esos niños solo hacen la comida del colegio. Dejarlos sin ese almuerzo y merienda era algo que nos preocupaba. Afortunadamente lo pudimos resolver», explicaron voceros del programa.
Todos los involucrados en el programa (DVD, Cargill, padres y maestros) lograron establecer una logística que permite preparar la comida y luego buscarla en el colegio. La condición para entregarla es que los padres vayan con su mascarilla bien puesta.
La comida también se prepara cuidando todas las medidas dé seguridad que se han establecido para evitar el contagio por coronavirus.
A la fecha, el programa Nutriendo la prosperidad sigue atendiendo las 12 escuelas y, además, lograron extender el alcance hasta los hermanos de los alumnos beneficiados con el programa.