El expresidente de Guatemala Otto Pérez Molina dijo este lunes, tras la suspensión de la audiencia en la que un juez debía decidir si es juzgado por corrupción, que la Fiscalía solo está ganando tiempo para «armar un caso» con «testigos protegidos» y declaraciones falsas y acusó a EEUU de «injerencia».
Pérez Molina afirmó a periodistas que la suspensión del inicio de la etapa intermedia del proceso, para dirimir si habrá o no juicio en su contra por corrupción, es «para terminar de armar un caso» con declaraciones que, según explicó, no son acordes a la verdad.
El juez Miguel Ángel Gálvez ordenó este lunes suspender la audiencia en la que se decidía si Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti van a juicio por corrupción.
Pérez Molina y Baldetti son acusados por el Ministerio Público (MP) de ser liderar una trama de defraudación aduanera conocida como «La Línea», que actuaba dentro de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
Gálvez explicó en el inicio de la diligencia que el exsecretario privado de Baldetti, Juan Carlos Monzón, no comparecía a esta audiencia debido a que está negociando ser un «colaborador eficaz» de la fiscalía.
En esa calidad está ya el empresario Salvador Estuardo González Álvarez alias «Eco», quien en sus declaraciones de anticipo de prueba implicó a Pérez Molina y a la exvicepresidenta en la estructura criminal.
Según el exmandatario, bajo condiciones como las de Estuardo González, cuya familia, afirmó, está viviendo en una casa pagada en Canadá y que además reciben 5.000 dólares al mes, «cualquiera quiere ser colaborador eficaz».
«Con esas condiciones yo creo que cualquiera estaría dispuesto a hacerlo. Pero no es esa la forma de construir casos», detalló el expresidente, quien se mostró dispuesto a «pelear» y seguir «dando la cara» para demostrar su inocencia y hacer las cosas apegadas a la ley.
Como ejemplo de qué la figura de colaborador eficaz no funciona y no es de fiar, Pérez Molina recordó el caso Rosenberg, en el que los hermanos José Estuardo y Francisco Ramón Valdéz Paiz fueron acusados, con base en la declaración de un colaborador eficaz, de haber organizado el asesinato de Rodrigo Rosenberg, abogado guatemalteco.
El testigo, Mario Paz Mejía, antes de morir por consecuencia del VIH, cambió su testimonio argumentando que su primera declaración, en la que acusaba a los hermanos Valdéz Paíz, fue por presión del Ministerio Público y la CICIG.
«Yo soy inocente. Y eso lo tienen que respetar todos porque gozo de la presunción de inocencia», aseveró Pérez Molina.
El exmandatario reiteró hoy, además, que todo se debe a la «injerencia» de EE.UU., a través de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), una «herramienta» de la embajada estadounidense en el país centroamericano, según él.
«Y vuelvo a denunciar la injerencia que ha tenido Estados Unidos», afirmó Pérez Molina en una conferencia de prensa, en la que acusó también a la embajada norteamericana de injerir en la reelección de la magistrada Gloria Porras para la Corte de Constitucionalidad por el Congreso de los diputados.
Según declaró, algunos miembros de la embajada llamaron a los diputados y a los secretarios de distintos partidos para decirles que «o votaban por ella (Porras) o se iban a revisar las visas» o investigar algunos casos que los congresistas tienen pendientes.
«Esa es una de las últimas muestras que tenemos de la injerencia que sigue teniendo Estados Unidos aquí en Guatemala», añadió Pérez Molina sobre esta «intromisión» en los asuntos «internos» del país.