Internacionales

Sobre cómo el proceso de integración europea se vuelve a poner a prueba

Los fantasmas del nacionalismo seguirán volando por toda Europa, siempre prestos a aparecer cuando menos son invitados.

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El próximo 23 de junio tendrá lugar el referéndum sobre la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea. No quiero pasearme sobre los escenarios que se activarían para el Reino Unido si el resultado de la consulta fuera favorable a su salida, porque creo que eso no va a ocurrir.

Después de su ingreso a la Unión Europea en 1973,  en 1975 ya tuvo lugar una consulta sobre su permanencia en la para aquel entonces llamada, Comunidad Económica Europea (CEE), en donde más del 65% de los consultados se decidió por mantener al Reino Unido dentro de la CEE. Sin embargo, cuando se creó la Zona Euro en 1999, de la cual forman parte 19 miembros, el Reino Unido decidió no sumarse a la misma. Tampoco forma parte del área de libre circulación de personas (Zona Schengen) dentro de la Unión Europea de la cual forman parte más de 20 de sus miembros.

El proyecto europeo nació en 1951 con seis miembros y hoy suman 28. En la eventualidad que el BREXIT (Britain – Exit) ganara, sería la primera vez que un país europeo abandone el esquema de integración más avanzado del mundo.

Dentro de la Unión Europea la participación de las exportaciones británicas a la región, con respecto al resto del mundo,  a pesar de ser alta 44% (2015), es la más baja de los miembros de la Unión Europea. Las exportaciones de países como la República Checa o Eslovaquia hacia la propia Unión Europea superan el 80%.

El Reino Unido no tiene el PIB per cápita más alto de la Unión Europea, pero está por encima del promedio de la región. Tiene una de las tasas de desempleo más bajas en la Unión Europea. Mientras el promedio de la región para el 2015 fue de 9.4%, el del Reino Unido fue de 5.3%.

Grupos internos luchan por hacer valer las dos opciones. Los que favorecen la permanencia se denominan “Britain Stronger in Europe” apoyado fundamentalmente por David Cameron y varios miembros de la comunidad empresarial, a los cuales se han sumado más grupos en los últimos días.  Los pro-BREXIT están agrupados en “Vote Leave” que  cuentan con el apoyo de varios representantes del Partido Conservador y “Labour Leave” que antes era parte de “Vote Leave”.

Existen también otros grupos que apoyan la alternativa de salida como “Leave.EU” que surgió  del partido de ultra derecha y anti – inmigración, United Kingdom Independence Party – UKIP, que ha logrado un respaldo importante de la población por la crisis económica y el tema de la creciente inmigración de refugiados a la Unión Europea. En las elecciones europeas de 2014, este partido obtuvo 24 eurodiputados en el Parlamento Europeo, más que todos los otros partidos británicos.

El asesinato de la diputada laborista y pro Europa, Jo Cox complicó aún más las cosas. Mientras que el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, recordó las luchas de Cox, Nigel Farage, líder del partido antieuropeo UKIP, lo acusó de manipular la memoria de la diputada en favor de la causa europea.

Todo parece indicar que la proliferación de grupos y visiones sobre quedarse o salir de la Unión Europea son proyecciones de la falta de consensos en política interna sobre cómo debe verse el Reino Unido internamente y cual rol debe jugar en la política internacional en el futuro. ¿Deberá el Reino Unido reformar sus instituciones? ¿Abrir o cerrar un poco sus fronteras a los migrantes, los bienes, los servicios y los capitales (elementos todos ellos que constituyen un Mercado Común)? ¿Deberá mirar más hacia adentro o más hacia afuera? ¿Ver el mundo con los prismas del idealismo o más bien con los del realismo? ¿Insertarse o aislarse?

Todas estas preguntas se plantean en el medio de un esquema de integración, que ha tenido varios reveses (entre otros la falta de implementación de la Constitución Europea), pero también muchos éxitos, y en donde el tema del nacionalismo es el centro de atención de muchos debates en varios países europeos.

La ciudadanía europea es más cívica que étnica, pero en donde lo étnico se sobrepone a lo cívico, activado por cualquier inconveniente (migración, situación económica, etc) la viabilidad del esquema de integración se vulnera. El logro de la identidad supranacional ha sido único en la historia de la humanidad, aunque las identidades nacionales siempre pujan por la vuelta al pasado cuando se percibe que unos países soportan mas cargas que otros dentro de la Unión Europea.

Hay una realidad. Con independencia del resultado, que creo va a ser favorable a la permanencia, el Reino Unido, y la Unión Europea amanecerá a los días siguientes de la consulta transformados, no estoy seguro si para bien o no del proceso de integración. Los fantasmas del nacionalismo seguirán volando por toda Europa, siempre prestos a aparecer cuando menos son invitados.

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