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Las preguntas sin responder del plebiscito de Colombia

Colombia busca reacomodarse tras el terremoto político que causó el estrecho triunfo del No en el plebiscito por la refrendación de la paz con la guerrilla de las FARC

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POR: MANUEL TOVAR | FOTOGRAFÍA: AFP

¿Ahora qué?

Es la pregunta más formulada luego de que se conocieron los resultados del plebiscito celebrado el domingo en Colombia. Ha sido hecha por muchos, pero respondida con poca certeza. Los analistas políticos y el mismo gobierno tienen poco claro el camino a seguir. Cada protagonista tiene una versión del hecho.

María Ángela Holguín, canciller del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, afirmó en rueda de prensa que hay posibilidad de que se modifique alguna parte de las 297 páginas en las que quedó consignado el acuerdo de paz.

Holguín enfatizó que espera que las FARC estén dispuestas a reabrir los diálogos, pero a su criterio son los sectores del No los que deben definir lo que hay que hacer.

La canciller afirmó que algunas de las peticiones del Centro Democrático, el partido de Álvaro Uribe, y demás sectores que promovieron el No fueron ya estudiadas en la mesa de diálogo de La Habana y las FARC no las admitieron. Esto hace difícil que se reabra la discusión sobre el acuerdo, aunque aún es incierto lo que vaya a pasar.

Por su parte Uribe como líder del Centro Democrático y más insigne propulsor del NO señaló que el presidente debe atender el mandato ciudadano y le preguntó a su antiguo delfín y sucesor si está dispuesto a corregir los puntos en los que ciudadanos del No expresaron preocupaciones.

Desde el mismo gobierno viene la incertidumbre, la titular de exteriores indicó: “Desafortunadamente, el Gobierno no tenía un plan B. A uno no se le pasaba por la cabeza que los colombianos dijeran No a la paz, creíamos que Colombia era un país que quería vivir en paz”.

Uribe ha señalado que no pretenden ser interlocutores en el diálogo con la guerrilla porque sería usurpar competencias. “Nos interesa que haya modificaciones en los acuerdos, pero quien debe ser el interlocutor es el gobierno. No he considerado mesa tripartita, respetamos las competencias”.

Sin embargo, aseguró que se deben incluir representantes del No, como el ex presidente Andrés Pastrana y el ex procurador Alejandro Ordóñez, en los diálogos con el gobierno y que sean estos quienes hablen con la guerrilla.

Santos le tomó la palabra y ya se reunió con sus dos predecesores Pastrana y Uribe.

¿Próximos escenarios?

Tras el triunfo del No en el plebiscito los expertos plantean dos escenarios, una Asamblea Nacional Constituyente o reabrir el diálogo.

El ex magistrado colombiano Augusto Ibáñez expresó al diario El Espectador de Colombia que al convocar una Asamblea Nacional Constituyente, con participación de todos los sectores sociales incluida la guerrilla y el uribismo se podría llegar a un resultado. “Ahora corresponde volver a sentarse a negociar y barajar las opciones. Esto no significa renegociar todos los puntos que ya están en el papel”.

Sin embargo, el mismo Uribe ya ha manifestado que prefiere correctivos rápidos y que se reorienten las políticas en el país. Un proceso constituyente alargaría mucho los plazos y complicaría, aún más, el panorama. Podría llevar al planteamiento de más reformas y tendría un alcance mayor, lo que lo haría más engorroso.

Humberto de la Calle, negociador jefe del gobierno, aseguró a la Revista Semana que la Constituyente “ni es el mecanismo óptimo, ni el más práctico, es más gravoso que otras herramientas y no produce los efectos que se le atribuyen”.

En caso del escenario de reapertura de diálogo, hasta ahora el escenario más factible y sencillo –dentro de las complejidades que establece– no implicaría renegociar todos los puntos que están en el papel.

“Siempre se había planteado que la capacidad de renegociación era imposible. Las FARC no estaban interesadas en renegociar un acuerdo donde les iba a ir peor, ni el gobierno quería ser el vocero de otros sectores políticos que querían la renegociación, pero dado el resultado a esa posibilidad se le abre una alternativa”, aseveró Miguel Ángel García, director del Observatorio para la Democracia de la Universidad de Los Andes de Colombia.

¿Es vinculante o no? ¿El acuerdo ya no tiene vigencia?

La decisión del plebiscito es vinculante en lo político más no en lo judicial, sólo para el presidente Juan Manuel Santos o al menos así lo ha establecido la guerrilla.

Las FARC a través de sus máximos líderes, Rodrigo Londoño alias “Timochenko” e “Iván Márquez” afirmaron que el pacto tiene el estatus de Acuerdo Especial ante el Consejo Federal Suizo en Berna, lo que le confiere innegable e irrevocablemente un efecto jurídico y no se puede modificar para el derecho internacional. La propuesta es revisar y renegociar algunos puntos del acuerdo.

Pero esta es la versión de los guerrilleros porque uno de los puntos de la refrendación es la implementación y este pasa por lo que ordenó el pueblo colombiano de No implementar los acuerdos. El Congreso colombiano ya había establecido que sólo forma parte dela Constitución los acuerdos después de ser refrendados.

La mayor preocupación es el lapso para volver a tocar los puntos en los que hay desacuerdo y mantener vivo el pacto. Los puntos más álgidos son la impunidad para los guerrilleros o igualar a los soldados del Ejército colombiano en juicios en los tribunales especiales junto a los irregulares cuando estaban defendiendo la integridad de la nación. El tema del nexo entre la guerrilla y el narcotráfico, y particularmente la participación política son otros puntos que el uribismo ha dicho desea modificar.

¿Qué pasa con la entrega de armas y la desmovilización de guerrilleros?

Ambos procesos están en un limbo. Está congelado el desarme y la desmovilización, por ello la premura del gobierno, porque el proceso ya había empezado y en 60 días se debía entregar todo el arsenal de la guerrilla y los guerrilleros, una vez juzgados, incorporarse a la vida civil tras pasar un tiempo en los campamentos de reinserción.

El proceso de verificación de desarme de la ONU queda detenido, sus 500 enviados ya no tienen misión. Las FARC están a la espera pero el disenso siempre es una opción y si bien casi nadie apuesta una vuelta al campo de parte de la guerrilla ya hay frentes separatistas como el Frente 1 que atentó en el Guaviare el día del plebiscito y se niegan a entregar las armas. La situación es frágil y más si se debilita el liderazgo de la guerrilla.

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