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Vuelve crisis en Brasil: juzgarán por corrupción a presidente del Senado

La Corte Suprema de Brasil aceptó hoy las denuncias de supuesta corrupción formuladas contra el presidente del Senado, Renán Calheiros, quien ha sido acusado de recibir coimas de una constructora para el pago de la pensión de una hija. Los mercados financieros acusan castigo por esta nueva fase de la crisis política y de conflictos de poderes

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La decisión fue tomada por ocho votos contra tres y sienta en el banquillo de los acusados a un político de la mayor confianza del presidente brasileño, Michel Temer, en momentos en que el Senado se apresta a votar importantes medidas de un polémico ajuste fiscal promovido por el Gobierno.

Calheiros está acusado por la Fiscalía de haberse valido de su influencia para favorecer a la constructora Mendes Júnior, la cual se sospecha que se hacía cargo de pagar la pensión de una hija que tuvo fuera del casamiento con la periodista Mónica Veloso.

Según los cargos, el influyente político benefició con ciertas decisiones a esa empresa, que también pagó durante años el alquiler de la casa en que vivían la pequeña y su madre.

La denuncia fue formulada en 2007 y el escándalo que generó llevó a Calheiros a dimitir de la Presidencia del Senado, que ocupaba entonces y para la que volvió a ser elegido en 2013.

Calheiros es un importante dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece Temer, y también es investigado en otra decena de causas que tramitan en el Supremo, que en su mayoría se refieren a la red de corrupción que operó durante más de una década en la estatal Petrobras.

Por los escándalos en la petrolera, son investigados decenas de políticos de todo el arco ideológico, pero sobre todo del PMDB y del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen la expresidenta Dilma Rousseff, destituida en agosto pasado, y su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva.

Mientras tanto, la bolsa de Sao Paulo se tiñó hoy de rojo y su índice Ibovespa perdió un 3,88 %, hasta situarse en los 59.506 puntos, en una jornada marcada por la intensificación de la crisis política que vive el país.

El conflicto de poderes desatado por iniciativas parlamentarias que pudieran inhibir la mayor investigación sobre corrupción ya realizada en Brasil tuvo su efecto en el corro brasileño, donde los inversores mostraron su aversión al riesgo en medio de la incertidumbre política.

Atrás quedó la euforia registrada la víspera, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y otros grandes productores anunciaron un acuerdo para recortar su producción de crudo.

En una jornada de ventas, el índice Ibovespa volvió a situarse este jueves por debajo de los 60.000 puntos y nueve acciones se hundieron más de un 7 %.

En el mercado de cambio, el real brasileño se depreció un 2,39 % frente al dólar, moneda que concluyó la jornada negociada a 3,467 reales para la compra y 3,469 reales para la venta en el tipo de cambio comercial.

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