«Podemos confirmar que los 35 diplomáticos rusos declarados ‘persona no grata’ han dejado Estados Unidos junto a sus familias», indicó este funcionario en un escueto comunicado.
El jueves, Obama culpó a los 35 diplomáticos rusos de haber participado en una supuesta campaña de ciberataques orquestada por el Kremlin para influir en las elecciones presidenciales con el fin de dañar a la demócrata Hillary Clinton y beneficiar al republicano Donald Trump, que tomará posesión como presidente el 20 de enero.
El mandatario estadounidense dio a los diplomáticos rusos 72 horas para abandonar el país y ordenó también el cierre de dos centros propiedad del Gobierno ruso en Nueva York y Maryland.
Además, Estados Unidos anunció sanciones económicas que implican la congelación de bienes de dos de las principales agencias de inteligencia rusas: el Departamento Central de Inteligencia (militar, GRU por su acrónimo en ruso) y al Servicio Federal de Seguridad (seguridad nacional, FSB).
Estas sanciones han sido las más duras adoptadas por Obama durante sus ocho años de Gobierno para responder a ataques cibernéticos supuestamente perpetrados por actores estatales extranjeros.