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ET call home: ¿Qué nos depara el descubrimiento de los nuevos planetas?

El pasado 23 de febrero la Nasa presentó un hallazgo espectacular, no sólo desde el punto de vista científico, filosófico e incluso religioso.  Muchas interrogantes han surgido con el descubrimiento de este nuevo sistema estelar con siete planetas de masa similar al nuestro. ¿Qué debemos esperar del Trappist 1?  Datos, paradojas y despropósitos giran en la galaxia.

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FOTOGRAFÍA: HANDOUT | EUROPEAN SOUTHERN OBSERVATORY | AFP

«No dejaremos de explorar

Y al final de toda nuestra investigación

Habremos llegado a donde comenzamos

Y conoceremos el lugar por vez primera…

Cuando las lenguas de fuego se plieguen

Para formar un nudo de fuego

Y el fuego y la rosa sean sólo uno.»

T.S.Eliot, Four Quarters

A 39 años luz de la tierra,  alrededor de una estrella conocida como Trappist-1, y catalogada por la NASA con el nombre 2MASS J23062928-0502285, giran siete exoplanetas, con tamaños similares a los de nuestro «pequeño punto azul pálido», como llamara Carl Sagan al planeta tierra.

Cuatro de estos planetas se encuentran en una zona templada en donde no hace ni demasiado frío, ni demasiado calor para permitir la existencia de agua líquida, elemento fundamental para la vida, tal y como la conocemos, basada en el carbono. Aunque pudiera estar basada en el silicio, o en otro elemento y por eso no la buscamos.

El margen para las posibilidades de  desarrollo de algún tipo de vida, entra dentro del principio conocido como “Goldilocks Principle” (Principio extraído del cuento de Ricitos de Oro y los Tres Ositos), en el que el personaje del cuento, prueba las sopas, sillas y camas de tres osos de distintos tamaños y al final escoge el plato, la silla, y la cama que más  se adapta a ella.

Conforme  a este principio, aplicable a muchos campos,  pero especialmente al de la Astrobiología, cualquier forma de vida solo podría desarrollarse  en planetas que estén ubicados dentro de cierto margen de distancia de una estrella,  y que tengan un determinado tamaño, con un rango determinado de temperatura, que cuenten con fuentes de energía y que estén protegidos de los impactos de otros cuerpos celestes y de las radiaciones, para  favorecer así,  el desarrollo de moléculas orgánicas que deriven en vida inteligente. Es decir,  la justa medida para impulsar la vida y no para anularla. 

Por otro lado, el astrónomo estadounidense Frank Drake, fundador del SETI (programa para la búsqueda científica de inteligencia extraterrestre), presentó en 1961 una ecuación que estimaba los porcentajes de existencia de vida extraterrestre en nuestro vasto universo observable (excluyendo los multiuniversos y universos bramas).

Conforme a esta ecuación, de no menos de doscientos mil millones de galaxias, que contienen cada una más de doscientos mil millones de estrellas y miles de millones de ellas con planetas con posibilidades de desarrollar vida, algunos menos con vida inteligente y otros tantos menos con vida inteligente que hubiese alcanzado un nivel tecnológico que les permitiera desarrollarse sin auto destruirse, se obtiene un resultado de civilizaciones inteligentes en el universo.

El resultado estimado de civilizaciones inteligentes en nuestra galaxia de acuerdo a esta fórmula, no exenta de varias críticas y reformulaciones, es de aproximadamente 3500. Suma todas las galaxias del universo y ¡la cifra es impresionante!

Decía al principio del artículo que el referido descubrimiento tenía implicaciones filosóficas y e inclusive religiosas.  ¿Somos los únicos habitantes del universo? Me cuesta creer un despropósito tan grande. Sobre todo por el accionar   que derivó en una raza humana tan imperfecta, en donde en algunos lugares del planeta, en pleno siglo XXI, se muere la gente de hambre,  mientras otros se roban los dineros públicos y se burlan impunemente de sus pueblos, por solo decir algo. (Principio de la Mediocridad)

 ¿Cuál es el sentido de la vida?  ¿Si no somos los únicos habitantes del universo, donde estamos parados frente a otras civilizaciones, si no somos tan especiales como creíamos?   ¿Que significa ser humano?¿Que había antes del Big Bang?  ¿Quién  o qué, lo inició?  ¿Con un propósito inteligente o azaroso? 

De encontrarse vida en otros planetas,  el principio antrópico, que establece que cualquier teoría sobre el universo tiene que ser consistente con la existencia del ser humano, y la paradoja de Fermi, que establece que hay una contradicción entre las estimaciones que afirman que hay una alta probabilidad que existan otras civilizaciones inteligentes y la falta de evidencia, perderían vigencia.

Pero descubrir unos exoplanetas similares al nuestro no garantiza descubrir vida. Es muy difícil encontrar evidencias a 39 años luz de distancia. Tendríamos que viajar de lado y lado a un 99,9 de la velocidad de la luz, por 39 años para hallar algo, lo cual es imposible con el nivel de tecnología actual. O esperar por alguna señal y descifrarla, y entrar así en un diálogo,  que por la falta de inmediatez limitada por las distancia, se convertiría en un monólogo estelar.

Por eso es que la comunidad científica siempre activa la Paradoja de Fermi,  antes comentada.

Pero también otros científicos consideran que tal paradoja no es tal, por las siguientes razones:

– El viaje interestelar es imposible.

– Las civilizaciones extraterrestres no deberían tener interés de salir más allá de su vecindario estelar.

– Las catástrofes naturales o tecnológicas las destruirían antes que se expandan a sus anchas.

– Si han alcanzado un óptimo nivel tecnológico para expandirse y no se han auto-destruido, es posible, pero no 100% seguro, que se rijan  por códigos morales estrictos que les impidan involucrarse o intervenir en civilizaciones más atrasadas, dejando que éstas se desarrollen bajo su libre albedrío.

– También podrían ignorarnos por nuestro nivel primitivo. Es como si a nosotros nos interesara entablar una conversación con cucarachas.

-La científico española Beatriz Gato – Rivera dice que quizás nosotros como civilización primitiva , estamos inmersos en una  hiper -civilización no agresiva y no estamos en posición ni de descubrirla, por nuestro comparativo bajo nivel tecnológico,  ni que ellos se hagan ver para no intervenir en nuestros asuntos. Es algo así como si unos indígenas en el Amazonas no tuvieran noción de la existencia de una civilización que se comunica usando la  radio , porque no conocen el uso de receptores, pero sin embargo las señales están allí, a la mano, traspasándolos, sin  escucharlas.

– Al final de cuentas, a pesar de este maravilloso descubrimiento, seguimos en medio un silencio inquietante, como llama el astrónomo Paul Davies a la aparente falta de evidencias de vida extraterrestre, a pesar de las altas probabilidades que exista, para no reafirmar el despropósito que una raza tan primitiva como la nuestra, viva en un pequeño rincón de un universo infinito.

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