«Son unas 4.000 personas en los siete albergues» que ha instalado en Boa Vista el Gobierno brasileño y el resto está en la calle, dijo el general Eduardo Pazuello, responsable de la operación humanitaria desplegada para ayudar a los inmigrantes venezolanos.
Pazuello, designado para dirigir esas tareas por el Gobierno del presidente Michel Temer, apuntó que en los próximos días estarán en operaciones otros dos albergues, a los que se sumarán otros en unas semanas, con la meta de llegar a fin de este mismo mes con la situación «equilibrada» y sin personas en las calles.
Aún así, aclaró que eso dependerá de la evolución de la ola de inmigrantes que, desde inicios del año pasado, ha crecido sin cesar y llevado a Brasil a cerca de 40.000 venezolanos, que escapan de la aguda crisis económica, social y política que atraviesa su país.
Si bien unos 6.000 están aún en esa situación de vulnerabilidad, muchos de los venezolanos que llegaron a Brasil ya han conseguido empleo y cuentan con ingresos que les han permitido abandonar los albergues y sustentarse con su propio trabajo.
Quienes permanecen en locales públicos reciben comida, atención sanitaria, educación, asistencia en la búsqueda de empleo y cuentan con espacios adecuados supervisados por organismos internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que se han sumado a esa labor humanitaria.
Para la mayoría, sin embargo, Boa Vista y el propio estado de Roraima, uno de los más pobres de Brasil, es solamente una escala, pues su intención es llegar a zonas más populosas y desarrolladas del país, como Sao Paulo o Manaos, o incluso emigrar a otros países, sobre todo aquellos suramericanos en los que se habla español.
Las autoridades brasileñas han ofrecido ayuda en ese proceso de acogida y ya han trasladado a 199 venezolanos a la ciudad de Sao Paulo y a otros 66 a Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso, una región fundamentalmente volcada a la agricultura y la ganadería.
El general Pazuello explicó a periodistas que este viernes serán traslados otros 230, que serán distribuidos entre Sao Paulo y Manaos, capital del estado amazónico de Amazonas.
Según el jefe militar, quienes son llevados a otros lugares de Brasil han permanecido un tiempo en los refugios, han aprendido nociones básicas de portugués y manifestado su interés por radicarse en esas ciudades, que a su vez han escogido el perfil de aquellos que serán acogidos.
En el caso de Sao Paulo, la preferencia es para personas solteras y sin hijos y con preparación para trabajar en la industria, en tanto que Manaos da prioridad a familias con niños y trabajadores del sector de servicios.
El general Pazuello dijo que el Gobierno está preparado para que, durante este año, sean ubicados en diferentes puntos del país unos 15.000 venezolanos, de quienes apuntó que, en cerca de un 50 %, son profesionales con grado universitario, mientras que el resto puede desempeñar los oficios más diversos.
«En su enorme mayoría son personas que quieren trabajar y están preparadas para ello», sostuvo el jefe miliar.]]>