La zona afectada es la comarca isleña de Levante, donde las estaciones de observación meteorológica registraron hasta 232 litros de agua por metro cuadrado en apenas dos horas el martes por la tarde.
Estas riadas constituyen una de las tragedias más graves causadas por lluvias en los últimos 25 años en España.
Una de las víctimas mortales sigue sin ser identificada, y cuatro de los fallecidos fueron encontrados en Sant Llorenç, el municipio más perjudicado por la catástrofe.
Además, se busca al menos a siete desaparecidos, un número que podría aumentar, y hay más de un centenar de personas desplazadas de sus domicilios y realojadas, según la Guardia Civil.
Unos 300 profesionales de distintos servicios de emergencias buscan a los desaparecidos, entre ellos cien agentes de la Guardia Civil, a los que se suman más de un centenar de miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME).
El Ejército desplazó hasta Mallorca un centenar de efectivos, ocho vehículos, una embarcación, tres helicópteros y tres perros de rastreo.
El gobierno regional de las islas Baleares decretará tres días de duelo y pedirá al Ejecutivo español la declaración de zona catastrófica.
El presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, se desplazará este miércoles a las localidades mallorquinas anegadas, al igual que el líder del opositor Partido Popular (centroderecha), Pablo Casado.
Cerca de un centenar de personas pasaron la noche en una instalación deportiva de la cercana ciudad de Manacor, habilitada junto a otros espacios públicos para acoger a quienes no pueden llegar a sus casas o han tenido que abandonarlas a causa de las inundaciones o daños sufridos por los desbordamientos.
El tenista Rafael Nadal ofreció las instalaciones de su centro deportivo de Manacor para «todos los afectados que necesiten alojamiento», según comunicó el jugador español en las redes sociales.
Además, nueve carreteras de la zona oriental de la isla permanecen cerradas a causa de los desbordamientos, informó el gobierno de Baleares.
El Servicio de Emergencias pidió a todos los vecinos que permanezcan en casa y que ningún alumno vaya a los colegios de los municipios afectados.
Los daños materiales causados por el desbordamiento del torrente son muy cuantiosos, según testigos presenciales de la riada y de los servicios de emergencia desplazados al lugar.