El papa argentino pidió usar la vestimenta litúrgica que Romero llevaba en la cintura el día de su asesinato en 1980 mientras oficiaba la misa en la capilla de un hospital en el norte de San Salvador.
El cíngulo o cordón está manchado con la sangre del nuevo santo latinoamericano, emblema de una iglesia comprometida con los pobres y defensora de los derechos humanos.
Se trata de un homenaje a la figura de Romero, quien fue por años humillado y despreciado inclusive por la propia jerarquía de la Iglesia.
El pontífice argentino usará la casulla que perteneció al papa Pablo VI, quien también será canonizado en el curso de la misma ceremonia.
Con ese gesto el papa argentino quiere «mostrar su cercanía a los dos nuevos santos», explicó la misma fuente.