«Las necesidades son enormes y, a pesar de las excepciones humanitarias que existen en las resoluciones, hay informaciones de impactos indirectos negativos de las sanciones en la situación humanitaria», dijo a los periodistas el embajador sueco, Olof Skoog.
El diplomático se expresó así tras una reunión a puerta cerrada del Consejo, en la que los servicios humanitarios de Naciones Unidas advirtieron a las potencias de que la situación en Corea del Norte es grave.
Aunque las sanciones prohíben multitud de importaciones a Corea del Norte, existen excepciones humanitarias que autorizan envíos de ayuda, pero cada solicitud debe ser aprobada por un comité del Consejo de Seguridad.
En los últimos meses, Estados Unidos ha frenado varias solicitudes, pues insiste en que han de ser estudiadas a fondo, después de que en el pasado ciertas ayudas terminasen en manos del régimen de Kim Jong-un.
Según Skoog, los retrasos preocupan a las organizaciones humanitarias, que han alertado repetidamente del hambre y otros problemas que pasan muchos norcoreanos.
El representante sueco defendió que el Consejo de Seguridad debe trabajar para agilizar sus procedimientos, por ejemplo dando autorizaciones generales para ciertos productos.
«No hay duda de que la responsabilidad principal es del gobierno de Corea del Norte, pero eso no elimina la responsabilidad de la comunidad internacional de hacer lo que pueda», explicó.
Durante los últimos años, el Consejo de Seguridad ha impuesto varias rondas de sanciones a Corea del Norte, en respuesta a su programa nuclear y de misiles.
Pese al acercamiento protagonizado entre Washington y Pyonyang, Estados Unidos sigue defendiendo que todas las sanciones deben mantenerse y aplicarse con total rigor hasta que el gobierno de Corea del Norte de pasos concretos hacia la desnuclearización.
Mientras, China y Rusia apuestan por suavizar los castigos para apoyar las conversaciones.]]>