«Mientras los venezolanos eran baleados y golpeados y asesinados cuando intentaban ingresar alimentos y medicinas a su país, Maduro literalmente bailaba en Caracas», dijo el representante estadounidense para Venezuela, Elliott Abrams, en una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU convocada por Washington.
Abrams dijo que el gobierno de Maduro es «corrupto, fraudulento e incompetente» y pidió a los Estados miembro de la ONU que lo presionen «para que salga del poder de manera pacífica».
Sin evocar la posibilidad de una opción militar, informó a la prensa que Estados Unidos piensa someter a votación esta semana en el Consejo un proyecto de resolución que exige «admitir la ayuda humanitaria en Venezuela», aunque posiblemente sea vetado por Rusia y China, que apoyan a Maduro.
«Sería vergonzoso que se vetara una resolución que pide ayuda humanitaria», dijo Abrams.
Las resoluciones del Consejo, que son vinculantes, deben obtener nueve votos para ser aprobadas y ningún veto de los cinco miembros permanentes (Gran Bretaña, China, Francia, Rusia y Estados Unidos).
Maduro denuncia que la ayuda humanitaria extranjera representa el inicio de una intervención armada para derrocarlo, «pero está muy claro: solo el régimen de Maduro está usando la violencia» contra los venezolanos, afirmó Abrams.
Cuatro personas murieron y cientos resultaron heridas el fin de semana en violentos choques entre fuerzas de Maduro y manifestantes que defendían el ingreso de ayuda humanitaria en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, según la ONG Foro Penal.
– El golpe «fracasó» –
El canciller de Maduro, Jorge Arreaza, dijo que lo que ocurrió el fin de semana fue «un golpe de Estado bien orquestado» por Estados Unidos y Colombia, «todo un espectáculo, un show» para culpar al mandatario si había un baño de sangre.
«Le dije a Abrams en Nueva York ‘¡Fracasó! It failed!'», exclamó Arreaza al recordar que la enorme mayoría de las fuerzas armadas permanecen leales a Maduro.
Arreaza llamó al Consejo de Seguridad a aprobar un proyecto de resolución preparado por Rusia que condene el eventual uso de la fuerza en Venezuela, un texto que por ahora no dispone de los votos necesarios para ser aprobado.
Estados Unidos quiere crear «un espectáculo en torno a Venezuela» y «derrocar un régimen que no le conviene», denunció el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia.
El embajador chino, Ma Zhaoxu, dijo por su lado que su gobierno se opone a la injerencia externa en asuntos internos de los países, a la intervención militar y a una «denominada asistencia humanitaria con fines políticos para provocar inestabilidad o incluso turbulencia en Venezuela y en regiones vecinas».
El Grupo de Lima descartó el lunes el uso de la fuerza para derribar a Maduro, pero el vicepresidente estadounidense Mike Pence, que asistió a la reunión del grupo en Bogotá, dijo que para Washington «todas las opciones están sobre la mesa».
– «Mi deber es estar en Caracas» –
«Hay que permitir que la ayuda humanitaria ingrese al país», coincidieron ocho países europeos, incluidos cinco que integran el Consejo de Seguridad (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Bélgica y Polonia), en una declaración divulgada en la ONU este martes.
Los europeos llamaron a organizar elecciones presidenciales «libres, transparentes y creíbles» en Venezuela, y evitar el recurso a la fuerza.
«El mundo no puede ignorar esta crisis», dijo al Consejo el diplomático británico Stephen Hickey, que lamentó el colapso de la economía venezolana causado por «años de mal gobierno y corrupción». «El pueblo venezolano ha sufrido ya demasiado. La única solución son elecciones presidenciales libres y justas».
En Bogotá, Pence se reunió con Juan Guaidó, reconocido como presidente interino por medio centenar de países, y quien también asistió a la reunión del Grupo de Lima en Bogotá. Y le dio un fuerte espaldarazo: «Estamos con usted 100%».
Guaidó anunció que regresará a Venezuela esta semana, tras haber burlado una orden de la justicia que le impedía salir del país. «Mi deber es estar en Caracas a pesar de los riesgos», dijo este martes desde Bogotá.
Estados Unidos y Colombia dijeron estar seriamente preocupados por la seguridad de Guaidó cuando regrese a Venezuela.
En Caracas, un equipo de la cadena Univisión fue retenido el lunes por más de dos horas en la sede de la presidencia venezolana durante una entrevista a Maduro, que se enojó cuando el periodista Jorge Ramos le mostró un video de jóvenes hurgando comida en la basura.
Univisión dijo que Maduro «ordenó detener la grabación, decomisar los equipos y retener a los periodistas», y denunció que fueron deportados este martes, sin que les devolvieran el equipamiento.
Venezuela atraviesa la peor crisis de su historia moderna, con hiperinflación y escasez de alimentos y medicamentos.