«La corporación estatal Rostec detectó estos robos y se dirigió a la Fiscalía y el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB). Realizamos una inspección, detectamos que los robos efectivamente tuvieron lugar y se abrieron causas penales», afirmó en el canal de vídeo online Efir, perteneciente a la Fiscalía rusa.
El funcionario recordó que estas fábricas se construyen en Venezuela «en base a acuerdos de comercio exterior», y se trata de plantas de producción de municiones y fusiles.
Según Demeshin, en la actualidad la causa penal se encuentra en una fase de «investigación activa».
En febrero de 2019 el director genera de Rostec, Serguéi Chemezov, informó de que las obras de la fábrica concluirán antes de fin de año, si bien medios rusos indicaron en enero pasado que la construcción se aplazó en varias ocasiones debido a escándalos de corrupción.
El exsenador ruso Serguéi Popelniújov, cuya compañía estaba a cargo de la realización del proyecto, fue condenado por el robo de más de 1.000 millones de rublos (cerca de 16 millones de dólares).
La defensa del exlegislador alegó que las fábricas no fueron construidas en el plazo previsto debido a la altísima inflación que afecta a la nación caribeña.
Venezuela es el mayor comprador de armas y equipamiento bélico ruso de América Latina, ya que Rusia otorgó a Caracas créditos para estas adquisiciones.
La cartera de contratos de cooperación técnico-militar entre Rusia y Venezuela asciende a los 11.000 millones de dólares.