Los cuatro jueces de la sexta corte del Superior Tribunal de Justicia (STJ), de tercera instancia, votaron unánimemente a favor de otorgar un habeas corpus a Temer (2016-2018), en prisión preventiva por segunda vez desde marzo. La liberación debe concretarse en las próximas horas.
La decisión también favoreció al coronel Joao Baptista Lima, un exasesor y amigo de Temer, y garantizará la libertad de ambos hasta que el habeas corpus sea valorado en otra audiencia «definitiva» en la misma corte.
Temer, de 78 años, se entregó el jueves a la Policía Federal de Sao Paulo, después que un tribunal de apelaciones determinara su reingreso a prisión, en el marco de una investigación por la recepción de presuntos sobornos en 2014 a cambio de contratos de obras en la planta nuclear Angra 3 en el estado de Rio de Janeiro.
El Ministerio Público federal (MPF) acusó a Temer de estar al frente de una «organización criminal» y justificó el pedido de prisión preventiva alegando que esa trama, que opera desde hace 40 años, sigue «en plena actividad». Según los investigadores, el grupo habría «obtenido la promesa, el pago o el desvío hacia la organización de 1.800 millones de reales» (unos 470 millones de dólares al cambio actual).
Pero la juez Laurita Vaz, del STJ, argumentó que el magistrado que emitió la orden de prisión «no explicó cómo la prisión preventiva [de Temer] resultaría en el cese de ‘la actividad ilícita'».
El juez Antonio Saldanha, relator del caso en el STJ, consideró que en lugar de la prisión preventiva se deberán instaurar medidas cautelares que van desde las prohibiciones de mantener contacto con otros investigados o de salir del país hasta el bloqueo de bienes por el valor en que habría perjudicado a las arcas públicas.
Temer ya estuvo preso cuatro días en marzo en Rio de Janeiro, pero un juez de una corte de apelaciones (TRF2) le concedió un «habeas corpus» por considerar que no existen motivos legales para mantenerlo preso antes de que concluya el proceso.
El caso es un desdoblamiento de la Operación Lava Jato, que descubrió una vasta red de sobornos pagados por grandes constructoras a políticos para obtener contratos en Petrobras.
Temer tiene cinco juicios y una investigación abiertos en su contra, principalmente por cargos de corrupción pasiva y lavado de dinero.
El dirigente del Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centroderecha), que era vicepresidente de Dilma Rousseff (2011-2016), asumió el cargo cuando la mandataria fue destituida por el congreso bajo la acusación de manipulación de las cuentas públicas.