«Yo lo que creo es que a Nicolás Maduro cada vez se le asoman más las orejas de burro. Aquí lo que estamos viendo no solamente es que él ha albergado terroristas colombianos desde hace muchos años, sino que una vez más ratifica que Venezuela es un santuario para terroristas y para narcotraficantes», afirmó.
El mandatario colombiano se refirió así durante una visita oficial que comenzó ayer a China y que se extenderá hasta el martes, en donde reiteró que en Venezuela también viven líderes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Maduro dijo el domingo durante la clausura del Foro de Sao Paulo que tanto Márquez como Santrich «son bienvenidos» a Venezuela y los calificó como «dos líderes de paz».
Durante su intervención, el presidente venezolano señaló que su gobierno es «inchantajeable» al afirmar que recibió presiones para no aceptar la presencia en Venezuela de los dos exguerrilleros.
«Álvaro Uribe Vélez ve a chantajear a la madre de Tarzán porque nosotros no nos dejamos chantajear. Claro que son bienvenidos (Márquez y Santrich), me quedé esperando», insistió Maduro, quien además acusó de «paramilitar» al expresidente colombiano.
Ante estas declaraciones, Duque manifestó que Maduro «una vez más comete la burrada que lo ha caracterizado de seguir protegiendo al terrorismo».
Entre tanto, el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, rechazó los señalamientos «del dictador Maduro» contra Uribe y dijo que estos «ataques» y la invitación a los excombatientes son un desafió a la comunidad internacional.
«Son desafío a la comunidad democrática internacional y confesión de protección a personas buscadas por graves delitos como el narcotráfico», puntualizó Trujillo.
Seuxis Paucias Hernández Solarte, alias «Jesús Santrich», se encuentra en paradero desconocido después de que abandonó su esquema de seguridad el pasado 29 de junio, cuando se encontraba visitando el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de Tierra Grata, en el departamento del Cesar (norte), donde los exguerrilleros completan su reinserción a la vida civil.
Antes de eso, Santrich estuvo 416 días preso por un proceso de narcotráfico en el que la justicia de Estados Unidos lo acusa de haber conspirado para enviar diez toneladas de cocaína a ese país después de la firma de la paz.
Por su parte, las autoridades perdieron el rastro de Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez», después de que se desplazó a un ETCR en el departamento de Caquetá (sur) a mediados del año pasado y no asumió un escaño como senador del partido FARC alegando falta de garantías de seguridad.