Salvini quiere ser el próximo primer ministro de Italia y es consciente de que ahora goza de una popularidad que, según los sondeos, lo colocará en la presidencia del Ejecutivo con la ayuda de una coalición de derechas, pues solo no suma mayoría.
Por ello, presentó este viernes en el Parlamento una moción de censura contra el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para que se constate si el Gobierno sigue teniendo los apoyos necesarios para seguir o de lo contrario se convoquen comicios inmediatos.
«Demasiados noes hacen daño a Italia que, por contra, necesita volver a crecer y volver a votar rápidamente. Quien pierde el tiempo perjudica al país y solo piensa en la poltrona», se lee en una nota del partido, tras la presentación de la moción en el Senado.
Salvini ha precipitado esta crisis de verano en el país porque sabe que está viviendo su momento.
Se hizo con las riendas de la entonces Liga Norte en 2013, cuando la formación obtuvo solo un 4 % de los votos, los peores resultados de su historia, y en 2018 eliminó la palabra Norte para hacer de su partido una formación de carácter nacional, una estrategia que le dio el 17 % de las papeletas en los comicios generales del pasado año.
Pactó entonces con el M5S, que lo doblaba en sufragios (más del 32 %), y pidió la cartera de Interior, donde ha practicado una política de contención de la inmigración ilegal que le ha granjeado la simpatía de gran parte del electorado.
Pero no solo se ha contentado con su ministerio, sino que durante este último año Salvini ha opinado de todos los asuntos políticos y económicos, y hasta ha organizado reuniones con los sindicatos y empresarios, sin contar con el primer ministro, Giuseppe Conte, y el ministro de Economía, Giovanni Tria.
Los últimos sondeos le dan una intención de voto del 36 % y sumaría mayoría absoluta en coalición con sus dos socios conservadores, Forza Italia, del ex primer ministro Silvio Berlusconi, y Hermanos de Italia, pues cada uno recaudaría más de un 7 %.
Las discrepancias de la Liga con el M5S en materias como inmigración, empleo, seguridad, ayudas sociales, fiscalidad, desarrollo o infraestructuras siempre han estado latentes, pero el detonante ha sido la línea ferroviaria de alta velocidad Turín-Lyon, que el M5S considera un despilfarro y la Liga, una obra estratégica para el país.
El pasado miércoles, Salvini y los suyos rechazaron en el Senado la moción de sus socios, el M5S, para frenar estas obras y un día después anunció que daba la alianza de Gobierno por rota.
Ahora, ha exigido que los senadores y diputados regresen a Roma de las vacaciones para que Conte pueda acudir a las cámaras y constatar su falta de apoyos antes de presentar su dimisión ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella.
Tras la retirada del apoyo de la Liga, el primer ministro tenía básicamente dos opciones: presentar su dimisión a Mattarella o acudir al Parlamento para verificar su apoyo, y este se ha decantado por la segunda opción.
Conte ofreció anoche un duro mensaje en el que acusó a Salvini de dinamitar la coalición para aprovechar su tirón electoral, tras las elecciones europeas, en las que fue el primer partido del país, y avanzó que acudiría al Parlamento para que Salvini diera explicaciones.
El Parlamento está ahora mismo cerrado por vacaciones, pero los portavoces deberán reunirse en los próximos días para convocar la sesión que vote la moción, que según los medios locales podría celebrarse en torno al 20 de agosto.
La presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, ya ha convocado a los portavoces de la cámara alta para el lunes.
Para continuar en el Gobierno, Conte necesitaría los apoyos del M5S y también del Partido Demócrata (PD, centroizquierda), pues la Liga y sus socios coaligados, Forza Italia y Hermanos de Italia, ya han avanzado que quieren elecciones.
Si Conte constata que no tiene apoyos, pues solo le secunda el M5S, debería acudir ante el jefe del Estado para presentar su dimisión.
En este caso, Mattarella podría disolver el Parlamento y convocar elecciones, que se celebrarían en un plazo mínimo de 45 días y en un máximo de 70, es decir, en la segunda mitad de octubre, intentar la formación de un Gobierno con la composición actual del Parlamento, o designar uno tecnócrata y provisional, opción que han rechazado tanto la Liga como el M5S.