Los incidentes de este lunes se extendieron por Tembisa, en el noreste de Johannesburgo; Turffontein (sur), Hillbrow (centro) y la zona de Jeppestown y Malvern (este), según fuentes policiales.
Los disturbios de Jeppestown y Malvern fueron los más graves, con 41 arrestados.
Los hechos comenzaron el domingo, después de que tres personas fallecieran en un incendio de un edificio ocupado, y continuaron durante la noche y esta mañana local.
La zona fue pasto del caos y se produjo una oleada de saqueos de comercios y quema de vehículos.
El capitán de la Policía metropolitana de Johannesburgo, David Tembe, describió la situación como «volátil» y, a través de la red social Twitter, aconsejó a la población no acercarse al área.
En Tembisa fueron arrestadas ocho personas, acusadas de saquear tiendas pertenecientes a inmigrantes.
«Estamos aquí desde primeras horas de la mañana y la gente estaba saqueando las tiendas. La Policía posteriormente arrestó a ocho sospechosos por violencia pública», explicó Kay Makubele, portavoz de la Policía, a la cadena pública SABC.
La cifra total de arrestados podría aumentar, ya que los disturbios prosiguen en varias de las zonas afectadas.
Esta clase de actos violentos se repite a menudo en Sudáfrica, especialmente en Johannesburgo, la urbe más grande y corazón financiero del país.
Muchas veces se trata de sucesos pequeños que se convierten en la chispa que hace estallar las tensiones subyacentes en las comunidades más desfavorecidas, con altas tasas de inmigrantes y graves problemas de criminalidad.
Hace un año, en el enorme distrito de antiguos guetos negros de Soweto (Johannesburgo), las acusaciones contra pequeños vendedores de origen extranjero por comerciar con productos caducados y falsificados se transformaron en saqueos violentos que dejaron tres muertos y una treintena de arrestados.
La semana pasada, en el centro de Pretoria, una protesta de conductores de minibuses urbanos (denominados taxis), motivada por la muerte de un chófer que intentó frenar a un supuesto traficante, derivó en disturbios violentos y casi una veintena de detenidos.
Los conductores afirman que limpiarán la ciudad de vendedores de droga y no se descartan nuevas manifestaciones esta semana, por lo que la Policía se mantiene en alerta.